Entre lo público y lo privado
¿Qué es lo que las mujeres guardan celosamente
en sus bolsas de mano -que
la mayoría más bien parecen maletas-?
¿Por qué algunas evitan en lo posible ponerlas en el suelo?
No
hay mujer que no porte el preciado bolso. Los hay de diferentes tamaños, formas, colores, marcas, pero, ¿qué esconden? A la mayoría de las féminas
no les gusta que sean revisados, no tanto por si es de mal gusto hacerlo, sino
porque invaden su privacidad y temen
ser descubiertas, será que… ¿lo que hay
dentro refleja su verdadera personalidad? Mucho dicen los artículos que
viven al interior de un pequeño o gran bolso.
Las
mujeres no son las únicas que cargan con este accesorio, los hombres también lo hacen, y no es exclusivo de una edad en particular,
puede ser en otra presentación, portafolios,
mochilas, morrales, pero también llevan consigo esta prenda que les permite
tener mayor comodidad al facilitar
el transporte de los artículos
personales de un lado a otro.
Habrá
quienes ansían curiosear en los bolsos
ajenos y no nos referimos a los que con maldad se dedican a hurtar las
cosas de los demás, sino sólo por el hecho de saber qué hay, pero otros quizás prefieran no investigar y así evitar
una sorpresa, ya saben por aquello que dicta la frase “el que busca encuentra”.
Algunas
personas son bastante cuidadosas y
ordenadas hasta con las cosas que llevan dentro, una mochila de un
estudiante podría contener muy bien acomodados los libros y cuadernos, por
tamaños, otros sólo echan todo como caiga, después se convierte en un hoyo
negro o en el Triángulo de las Bermudas y no encuentran nada.
Por
lo regular las que son madres, no nos dejarán mentir, suelen ser más prevenidas
algunas al grado de la exageración, llevan la farmacia, medicamento básico para el malestar estomacal, el dolor
de cabeza y muscular; la dulcería
por si se ofrece, nunca está de más un caramelo, chicle o un chocolatito; el salón de belleza, un peine o cepillo,
pasadores, espejo, por supuesto, los inseparables cosméticos; la sastrería, pequeñas tijeras portátiles
que incluso se doblan, un par de hilos y una aguja, nunca se sabe cuando un
botón nos va a hacer una mala jugada. Una botella
de agua, una libreta y una pluma,
a veces el paraguas, además de las llaves de la casa o el automóvil, la cartera -otro artículo que también
guarda secretos-, y un sinfín de objetos
que consideran podrían ser de gran utilidad en cualquier momento.
El contenido del interior de una bolsa varía de acuerdo al género, a la edad, a la
profesión del propietario. Los elementos que eligen las personas para ser
guardados y llevados en todo momento pueden ser piezas claves para reconstruir
sus personalidades, y eso bien lo sabe la fotógrafa Ellie Brown, quien se dio a la tarea de revisar las bolsas de gente común y averiguar
lo que llevan consigo.
No
siempre la imagen exterior define quién es realmente una persona, recuerden: las
apariencias engañan, el interior nos
puede decir mucho más.
Brown retrató a hombres y mujeres de diversas
edades, primero una foto de ellos,
después una de sus pertenencias. El
resultado, algunas imágenes coinciden entre la persona que vemos con los
objetos que suelen llevar dentro de su bolso.
Nos
encontramos con los vanidosos, los ordenados, profesionistas, estudiantes,
deportistas, los melómanos, cinéfilos, artistas, turistas, aventureros. Una revelación de
ocupaciones y preocupaciones.
La serie fotográfica a la que Ellie Brown
sencillamente ha titulado Bag, integra un libro en el que a manera de un díptico
podemos ver el lado público, el que
todos ven, una fotografía de una persona común, y del otro lado sólo observamos
la parte privada, los artículos que
suelen llevar en su bolsa.
Una mirada personal y voyerista de las posesiones de las personas que muestran
si hay congruencia o no, o sólo es una
apariencia y la verdadera personalidad se esconde en lo que cargan en los
hombros o en la mano.
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