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¡Enchúlame el camión!

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En las películas, en los noticiarios y en las redes sociales hemos visto que el tráfico en la India es de lo más denso . Hay una cantidad de vehículos circulando [coches, camiones, motocicletas, bicis], además de las carretas jaladas por animales. Varias son las películas de acción que han sido grabadas ahí. Persecuciones a toda velocidad donde la toma de la cámara es subjetiva, nosotros somos los perseguidos o los perseguidores, todo ello gracias a la cantidad de personas y vehículos que pululan . Quienes han andado por esas tierras comentan que el parque vehicular es tan excesivo que ni los sentidos de las calles y avenidas respetan . Lo más impresionante es que los conductores debieron tomar clases de manejo en la Fórmula 1 porque pocas veces se impactan contra otro vehículo . Un extranjero en esas tierras hostiles de los neumáticos no podría sobrevivir. Por otro lado, está el factor del ruido provocado por los automotores . El repiqueteo de los cláxone

Las cicatrices de la tradición

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Cuando una persona hiere a otra , sentimental o físicamente, sabemos que quedan cicatrices . En el primer caso son en  el corazón y el alma , en el segundo son visibles y dejan una marca sobre la piel . El pasado tiene muchas marcas de situaciones que vivimos. Recuerdos buenos y malos que forman parte inherente de nosotros y que nos han permitido experimentar y aprender. Las cicatrices   pueden llegar a ser incurables , cualquiera que sea el caso. Las sentimentales pueden sobrellevarse de diferentes formas, pero las que están en la piel se quedan ahí por la eternidad [en la actualidad hay métodos que permiten borrar casi en su totalidad la marca]. Una nota reciente en el periódico informaba de un caso que demuestra que la sociedad tiene instantes de degradación humana: dos mujeres jóvenes argentinas atacaron a su vecina de 15 años ,  cortándola en cara y espalda bajo la consigna de “vamos a ver quién te dice que eres linda ahora”. Esas heridas que le hi