Refugios artificiales
A lo largo de nuestra
vida nos ocurren o tenemos que hacer
cambios constantes, como mudarnos de residencia, ya sea por cuestiones de trabajo, por buscar mejores condiciones de vida y tener una
mayor comodidad.
El ser humano no es el
único que busca tener un mayor bienestar, estabilidad y buscar un mejor
refugio que nos dé más seguridad.
Uno de los seres vivos que se caracteriza por buscar algo similar son
los crustáceos decápodos o paguros.
Los paguroideos, conocidos popularmente como cangrejos ermitaños, pertenecen a la familia de los crustáceos, son especialmente más delicados pues tienen
un abdomen blando, en comparación
con otros cangrejos. Es por eso que necesitan
apropiarse de las conchas de moluscos muertos para protegerlo. Para ello,
deben encontrar un caparazón que sea
de su tamaño y buscar otro cuando hayan
crecido.
Desafortunadamente, el
hombre está acabando con los
refugios de estas indefensas criaturas
nómadas, al recolectar las conchas
como simple pasatiempo, para tener una colección, dejándolas desprovistas de una armadura que proteja sus cuerpos
vulnerables.
La artista japonesa Aki
Inomata ha desarrollado un proyecto
que ofrece un resguardo para los cangrejos. Ha fabricado estructuras trasparentes a la medida para que sean habitadas por los pequeños crustáceos
ermitaños.
Utiliza modelos en 3D, con la participación de sus mascotas artrópodos,
en su obra a la que ha titulado Why Not Hand Over a “Shelter” to Hermit
Crabs? [¿Por qué no dar “refugio” a los cangrejos ermitaños?]. Una serie de micro hábitats personalizados, que serían la envidia de cualquier crustáceo. Bien
podría ser una opción de aquellos ermitaños que se están quedando sin
resguardo.
Las conchas artificiales
son hechas de plástico. Aki Inomata
utiliza un escáner de tomografías
para capturar el interior del caparazón,
para que el cangrejo en cuestión esté cómodo dentro de su nueva casa.
El interior de las cubiertas,
creadas por Aki, son piezas fieles a
las que utilizan y necesitan los cangrejos
ermitaños, aunque en el exterior
la artista reproduce, en pequeña escala, diseños
arquitectónicos de diferentes países
como los rascacielos de Nueva York,
los molinos holandeses de Zaanse
Schans, un templo budista de Bangkok, edificios emblemáticos de Tokio y Taiwán, entre otros.
Inomata
deposita la concha artificial
cuidadosamente en el acuario y el
cangrejo la recibe con naturalidad. La transparencia
de la estructura nos permite observar cómo la constitución blanda del habitante se adapta con facilidad a las paredes del caparazón.
Aki Inomata justifica la
extraña combinación, entre crear una protección, un hogar y
diseñar más que una simple concha, agregándole edificaciones; relacionando los cambios de vivienda que el
crustáceo está obligado a realizar a lo largo de su vida con las
mudanzas, las migraciones y los cambios de nacionalidad: “En el idioma
japonés, los cangrejos ermitaños son llamados “yadokari”, que literalmente significa alguien que vive en un espacio temporal. A pesar de
que el cuerpo del cangrejo ermitaño es el mismo, su apariencia cambia
completamente de acuerdo al caparazón que usa”.
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