¡No más accidentes viales!


No sabemos hasta que punto debemos de reaccionar así, pero la cólera e indignación se apoderan de nosotros cuándo vemos en el camino a automovilistas que van hablando o texteando en el teléfono celular. Esa persona es un peligro inminente.


Qué hay tan importante en esa pantalla y altavoz que exponen su vida, ¡y la de los demás! La necesidad de sentirse acompañados hasta en esos momentos de viaje ya es un grave problema por la gran cantidad de accidentes viales que se presentan, algunos leves y otros con consecuencias mortales.


Ni los reglamentos de tránsito ni las sanciones económicas logran mermar el uso de los dispositivos por parte de los conductores. Todos y cada uno de nosotros debemos de tomar conciencia de los riesgos que representa, no es una cuestión de pagar la multa o ser parte de la corrupción al darle unas monedas al oficial de tránsito, es una cuestión de supervivencia de una cuestión básica y simple.


Campañas sociales van y vienen y pocos son los que entran en razón ante el problema. El artista Ning Cheng se sube a este vagón de propuestas y crea el cortometraje animado Falling Tide.


Este trabajo tiene un distintivo: pocos lo van a ver porque dura más de tres minutos; pocos van a sentir la angustia de un niño que quiere subirse a un tren y no puede; pocos van a sentir el desconsuelo de ver que no lo logra y que se acerca un tsunami que se lo va a tragar; pocos se van a dar cuenta que en ese tren viajan sus papás; pocos se van a enterar del final impactante en la vida de este niño… muchos van a decir que para qué lo ven porque ya les contamos la trama.

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