Y la sirena, ¿qué más hace?
Hablar de café es un tema que requiere sentarse y degustarlo, porque es
tan amplio que se lleva varias horas. Para muchos, beberlo es uno de las
grandes satisfacciones de la vida.
En los últimos años, su popularización ha sido tan vasta que la apertura
de cafeterías se extendió por todas las zonas de las ciudades, principalmente.
En estos tiempos es más sencillo encontrar un local para tomar un café que un
policía que te auxilie.
Lo que parece una moda del café, paradójicamente comenzó a afectar a los
establecimientos tradicionales y pequeñas cafeterías. El ingreso de la
transnacional Starbucks, y su posterior competencia con cadenas locales con
grandes inversiones, provocaron la baja de ingresos y hasta el cierre de
negocios.
Los de Starbucks se han posicionado de manera férrea en muchos lugares
del mundo. Su identidad es fácilmente reconocible: los colores y, por supuesto,
los vasos con la sirena.
Cuántas fotografías hemos visto en las redes sociales de quienes “presumen”
su nombre en uno de estos envases. El tamaño de las variedades de bebidas que
ofrecen también llama la atención, a diferencia del tradicional Chico, Mediano
y Grande.
Es más, tomar café en un Starbucks se ha convertido en una pose de la
cual muchos quieren formar parte. No importa si en la lista de los 15 mejores
cafés, el de ellos se encuentre en el onceavo lugar, ni mucho menos que el aroma
que despiden sus establecimientos se deba a un aromatizante y no al grano de
café.
La clientela no se fija en esos detalles y la sirena mucho menos. Ella
se encuentra feliz y sonriente portando una corona que se ha ganado a través de
vender su marca y prestigio, algo loable dentro de la mercadotecnia.
Aunque esa sirena, ¿sólo se monta en los vasos y ya? El artista mexicano
Abe Green no lo cree así; él piensa y está convencido que se divierte con su
pose con base en su imaginación y el despliegue visual.
Desde pequeño, Abe tiene la habilidad de pintar en lo que se le ponía
enfrente, ya fuera en un cuaderno, la pared o sus brazos. Así que un día se compró
un café en Starbucks mientras esperaba a hacer una prueba y, sin pensarlo,
dibujó sobre el vaso dando inicio al proyecto The Secret Life of the
Starbucks Siren.
Así es, un lado que nadie conocía de las habilidades de la sirena. En
sus dibujos podemos observar que anda en bici, es pescador, es pulpo o anda en
un cochechito de carreras como el de Mario Bros.
Si quieren ver más de la obra de Abe Green, den click en su nombre.
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