¡Mieditis aguda!


En mi infancia viví en un barrio bastante folclórico en donde, entre otras cosas, abundaban las historias de miedo que contaban los abuelos y los papás. En ese tono, mi mamá siempre me decía "¿Mieditis aguda?" cuando no quería hacer algo o internarme en la oscuridad porque me sentía amenazado por lo desconocido.


Es probable que a muchos de ustedes también los quisieran asustar con la famosa leyenda de “El Coco”, ese ser imaginario que se te aparecía para estremecerte si ibas a los lugares sin iluminación; una forma de mantener a los niños en un lugar donde la mirada familiar pudiera ver que no realizabas destrozos. Y por cierto, ¿alguien sabe qué es “El Coco”?


También estaba “El Señor del Costal” que caminaba por las calles, principalmente en las noches, y que buscaba niños para llevárselos; algo muy parecido sucedía con “El Robachicos”, sólo que él se dedicaba a venderlos.



Y qué les parece la clásica historia de Los Pitufos que decía que si comprabas los muñecos de peluche en las noches se poseían y les gustaba meter miedo a sus dueños. Dicen que Pitufina era la más canija, es probable que sus celos la manejaran de esa forma.


Recuerdo que enfrente de mi casa había un terreno extenso semidesierto, porque en el centro había algo muy parecido a una exhacienda, se le conocía como La Casa Hooker. Contaba la leyenda que dentro había una señora que se la pasaba llorando por sus hijos muertos. La curiosidad nos ganaba, saltábamos la barda, pero nunca nos atrevimos a llegar hasta la hacienda, simplemente por el miedo a que saliera.


Y si de miedo se trata, uno de los más vergonzosos es el que inspira Dios. Los adultos, los feligreses, las monjas, los sacerdotes se han encargado de que sea así. ¿Por qué? Porque siempre nos han dicho que Dios es castigador [¡¿pues no dicen las Sagradas Escrituras lo contrario?!].



Dios es omnipotente y omnipresente, así que si hacías algo mal, “Diosito te va a castigar”. Las frases más comunes [que envidiaría el mismísimo Goebbels] radican en “No hagas esto porque te está viendo Diosito… no hagas aquello porque te va a castigar Diosito… si te portas mal, Diosito se va a encargar de ti…”. Ya ni hablar de ganarse las Puertas del Cielo.


Es probable que la incapacidad de algunas personas adultas sea la que los lleve por esa senda. Lo más sano es decirle a los pequeños que todas sus acciones tienen consecuencias positivas y negativas, “Diosito” no tiene nada que ver si de repente algo no sale como lo planean.


Y las cosas no cambian con tal de plantar el miedo en el otro, aterrar de alguna manera con seres producto del imaginario colectivo: “El Chupacabras”, “La Llorona”, “El Jinete Sin Cabeza”, entre otros.


El miedo vende y se presenta de muchas formas. Es algo inherente en el ser humano [en los animales en general] que radica en la sensación de presentir el peligro. La adrenalina corre de forma vertiginosa y hace latir el corazón a mil por hora. Por eso el género cinematográfico de terror tiene tantos seguidores, se vuelve una adicción.



Y así como estos escasos ejemplos, el animador estadounidense Fran Krause retoma muchas leyendas urbanas para ilustrarlas y depositarlas en la red social Tumblr bajo el nombre de Deep Dark Fears.


Es fanático del dibujo, razón por la cual se ha hecho famoso con sus caricaturas que muestran los más “profundos y oscuros miedos” de las personas. Sus viñetas tiene el estilo de los cómics y reflejan claramente historias universales del miedo que sentíamos, sentimos y sentiremos.


¿Cuántos nos veremos reflejados en cada minihistoria? Los trazos están llenos de humor negro e inocente a la vez que nos llenarán la mente de recuerdos, esperando que no les despierte temores que ya habían colocado muy en el fondo de su sistema nervioso.



Si quieren conocer más de Fran Krause, den click en su nombre.

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