¡Cuidadito y mires a otro lado!



Una de las situaciones  que más afectan a las relaciones de pareja es la falta de atención de uno hacia el otro, complicado se vuelve cuando es en ambas direcciones.

El dejar de interesarse por el otro viene en diferentes niveles: la indiferencia, la poca o nula tolerancia, distracciones laborales y las familiares, la televisión, la computadora o, simplemente, porque se es distraído por naturaleza.

En muchas ocasiones, lo que pensamos no tiene importancia, los detalles a los que no se les pone atención, pueden derivar en un divorcio o ruptura de un noviazgo, aunque no necesariamente. Quizá con comunicación, para hacerle notar al otro lo que parece ser una falta de interés, o sesiones de terapia de pareja, todo puede llegar a buen término.

Sin embargo, existe una característica de todo ser humano, que pocos aceptan, pero que la mayoría hace: voltear a ver a otra persona mientras  la pareja se encuentra a un lado y, además, está hablando, un hecho que podría ser inocente y que pareciera no ser tan grave, ¡cuidado! tal vez arda Troya de nuevo. Sucede en el hogar, en la calle, en el trabajo, centros comerciales, en un restaurante y en una infinidad de lugares donde hay otras personas y sobre todo del sexo opuesto.

¿Cuál es la reacción inmediata una vez que el observador ha sido descubierto? La indignación, el enojo, los celos, el sentimiento de ir perdiendo a la persona por alguien mejor.

En el siguiente cortometraje de animación del australiano Nick Khoo, titulado Don’t Look!, vemos que el protagonista sufre las graves e inesperadas consecuencias por no poder resistir la tentación de echar un vistazo. Puede ser que este audiovisual refleje la vida de cualquiera, algunos se sentirán identificados y, tal vez, muchas quisieran tener ese poder.

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