Las estelas de una tabla




Los deportes extremos han ganado relevancia dentro de los amantes de la adrenalina pura. El ingrediente principal es el riesgo y peligro que conlleva para el deportista debido a los trucos, acrobacias o situaciones en las que se planta.


Los logros son atribuibles a la proeza del ser humano capaz de desafiar las leyes de la física y la lógica para vencerlas. Los deportistas extremos miran de frente a la fatalidad, sólo les guiñen un ojo y le dan la espalda sin esperar a ver si son perseguidos por la desgracia o no.


Una de las empresas que desde sus inicios decidió patrocinar los deportes extremos de alto nivel es Red Bull. A su vez, organiza una gran cantidad de competencias de diferentes disciplinas que le sirven para elegir a sus representantes en los campeonatos mundiales de la especialidad. Lo mismo patrocina las carreras de autos como a los skates o rollers, no discrimina. Deportista que compruebe sus habilidades alternas al deporte tradicional, competidor que ingresa a las filas de los toros y la bebida con taurina.


En otra de sus vertientes, la empresa ha organizado el concurso de fotografía Red Bull Illume, el cual se anuncia como “el más importante certamen de fotografía internacional dedicado al mundo de la acción y los deportes de aventura”.


No sabemos si saldrá vencedor o no, pero las imágenes que ha entregado el fotógrafo y pintor de luz Patrick Rochon son tan impresionantes, que sin dudarlo, le otorgaríamos el primer lugar. Lo que hizo para lograr tan majestuosas postales fue acercarse al deporte llamado wakeboard. Esta disciplina tiene elementos del esquí, esquí acuático y el snowboard. Al deportista se le conoce como rider porque se desliza sobre una tabla que está siendo arrastrada con una cuerda que se encuentra sujeta a una lancha de motor o una moto acuática. El nombre que recibe el wakeboard en español, puede dilucidar el verdadero significado de este deporte extremo: tablaestela. Y es que el eje central son las estelas de agua que dejan a su paso la tabla y el rider, así como los saltos y acrobacias aéreas por medio de rampas.


Al reunir los requisitos necesarios para llevar a cabo su idea, Patrick Rochon se hizo de los servicios de un equipo de los mejores wakeboarders para redondear el proyecto. Ellos utilizaron una nueva variante de tabla: un deslizador con un juego de LED integrado, diseñado especialmente para que la iluminación que desprende sea el motor de las fotografías. Las secuencias de tiro se planearon en la noche para darle mayor espectacularidad gracias al contraste de la oscuridad. Rochon logró un arcoíris nocturno gracias a las habilidades de su equipo deportivo y a la cantidad de cámaras colocadas a la orilla del lago donde se realizaron las secuencias.

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