Efecto Moiré
A finales de los años 70 y principios de los 80 ver la televisión era la
actividad más importante en los hogares. El technicolor estaba en su auge y los
programas a color otorgaban una realidad que incrustaba la farándula al sillón
de la sala.
Si hoy vemos programas de esos ayeres percibimos que había una
saturación impresionante, que los colores están reventados y que cuando un
personaje se presentaba con una camisa a rayas o a cuadros parecía que la
prenda tenía vida o que unos microseres rondaban por su torso.
Este efecto es el que se conoce como moiré y no es más que que una ilusión óptica producida por la superposición de dos imágenes que crean un tercer plano,
en otras palabras, vemos movimiento donde en realidad no lo hay.
Este fenómeno también es muy común en la fotografía. Cuando capturamos
una escena donde hay muchas líneas y cuadros diminutos, percibimos que hay un
movimiento relativo, sin embargo, en una instantánea por supuesto que no lo hay
a menos que sea un GIF.
Utilizando estos patrones descubiertos por el fotógrafo suizo Ernst
Moiré, el artista francés Nicolas Sassoon crea una colección visual de imágenes
que engañan nuestra vista con un desplazamiento de pixeles que cobran vida en
diferentes escenarios.
Su inquietud nación del comportamiento de los monitores de la
computadora. Él percibía movimiento, así que investigó para adentrase a un
micromundo que le otorga utilidad a la actualidad informática y digital.
El hipnotismo de sus imágenes provoca una nostalgia que remite a décadas
pasadas, a los inicios de nuestras primeras computadoras que funcionaban con
MS-DOS por medio de pixeles burdos y brutos.
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