Celebrando la maternidad
Nada es más reconfortante,
tierno y amoroso que el abrazo de un hijo. Sentir el calor que transmite
una persona que lleva tu sangre es una de las sensaciones más placenteras y que llenan el alma de una inmensa alegría y felicidad.
La naturaleza
humana es sorprendente, llevar en las entrañas a otro ser humano es una experiencia extraordinaria. Poseer
durante nueve meses dos corazones,
sentir los latidos, saber que respiras no sólo por ti sino por otro ser
pequeñito, es algo inigualable e insuperable.
Biológicamente el
cuerpo de una mujer está preparado para crear ese vínculo con su pequeño desde
que vive en el vientre. Después del parto, la conexión entre la mamá y el bebé se materializa. El bebé reconoce
la voz de mamá, sabe perfectamente
que ella es quien le ha dado la vida, quien lo cuido desde que supo de su
existencia, la que lo lleno de mimos y
apapachos, la que le habló tiernamente y le manifestó todo el tiempo el profundo amor que le tiene.
El contacto
piel con piel, el primer abrazo,
la caricia en el rostro, la cabeza,
los piecitos, la mirada, las sonrisas, los constantes te quiero y todas las muestras de cariño son muy
valiosas para el desarrollo del bebé.
Para las mamás no hay nada más reconfortante que la
sonrisa y un abracito sincero y natural
de su pequeño o pequeña que mejore todo un día complicado.
La artista Sora
Ceballos-Lopez explora e ilustra las
diferentes caras de la maternidad. En acuarela plasma, lo que podría ser un
sencillo abrazo entre madres e hijos, en realidad e hijas -pues su inspiración
nació a partir de que tuvo a su pequeña-, esa conexión que se establece desde el embarazo hasta que nace el bebé y el
vínculo profundo que se va desarrollando día con día.
Al saber Ceballos-Lopez que sería madre, su imaginación se reavivó y comenzó a dejar
fluir su creatividad. Fue así como dio vida a ilustraciones fantásticas y otras más realistas para celebrar su
maternidad.
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