La otra era de hielo


Hollywood es especialista en llevar a la pantalla grande historias de desastres naturales, donde, por regla general, siempre suceden en alguna ciudad importante de Estados Unidos, y son ellos, quienes de una manera u otra, salvan al mundo.



Los eventos naturales son fenómenos que nada ni nadie pueden predecir: los terremotos, las lluvias, los tornados, los tsunamis, entre otros. Los incendios, que a veces se meten en este rubro de manera equivocada, por lo regular son generados por el descuido del hombre, y los huracanes no son predecibles, pero se cuenta con tecnología y planes de contingencia para aminorar el impacto y el daño en tierra.



Desde hace mucho tiempo, año tras año, los científicos, investigadores y ambientalistas nos han dicho que poco a poco [eso fue en un principio] nos estamos acabando los recursos del planeta. En otras palabras, nos estamos consumiendo su vida.




¿Cuáles medidas hemos adoptado para aminorar este daño? Todo indica que ninguna, porque lo que le sucede al planeta es irreversible y sigue avanzando a una velocidad que nadie imaginaba.



Hace unas semanas, los especialistas determinaron que se había terminado la era donde abundaba el calor y que la Tierra entraría en un ciclo nuevo donde gobernaría el frío.



Todos estamos resintiendo los contrastantes cambios en el clima. La primavera, verano, otoño e invierno ya no existen como los conocíamos. Ahora llueve en cualquier época del año, el calor es intenso. En un solo día se pueden experimentar todas las estaciones del año.




En el 2004 se estrenó la película El Día Después del Mañana [The Day After Tomorrow] que tenía como premisa una transformación repentina del cambio climático que lleva al planeta a una era glacial por el derretimiento de los glaciares. Ese escenario, a pesar de ser ficción, pareciera que es un futuro a mediano plazo.



El artista francés Francois Ronsiaux comenta que “a lo largo del siglo XXI el hombre nunca ha logrado controlar el ambiente donde vive, por ello, se encuentra ante la posibilidad de tener una existencia temporal”. Bajo este pensamiento crea una serie de imágenes apocalípticas bajo el nombre de United Land.



Tiene la creencia de que el fin del mundo se puede venir en cualquier momento o que ya está en el camino de la decadencia, por ello recrea de manera digital cómo se verían las ciudades con un argumento parecido al de la película: cubierta por hielo y agua.




La colección no es para nada alentadora, es más, abre la puerta a un sentimiento de tristeza, de desolación en donde falta el hombre por las calles que permanecen solitarias bajo un azul profundo de frialdad. Donde los animales marinos recorrerán las calles como los nuevos peatones.



Las cúpulas de las grandes construcciones son las únicas que sobreviven en la superficie, inmaculadas con sus decenas de metros elevadas desde la tierra o vemos sepultadas ciudades enteras que podrían emular a la Antártida.



Está sólo en nosotros el cambio para mejorar nuestro entorno, y si les gustó el trabajo de Francois Ronsiaux, den click en su nombre para ver más.

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