Jorge Luis Borges en Londres
Los laberintos son pasatiempos que gustan por los retos que representan al tratar de encontrar la salida o llegar al punto que nos dará la satisfacción. Hay laberintos hechos en papel que sólo con la punta de un lápiz o pluma podemos trazar el camino, también los hay estructurales, donde las personas entran y tienen que encontrar la salida. En el libro One Day, del escritor David Nicholls, se dice que para salir de un laberinto sólo debes de tocar y recorrer con la mano derecha la pared y eso te guiará a la salida.
Hay laberintos famosos como el de Creta, donde fue retenido el Minotauro, alimentado con hombres y mujeres a manera de sacrificio. Otro es el de la película de terror El Resplandor, del director Stanley Kubrick, con un poseído Jack Torrance que quiere matar a su hijo Danny. Destaca uno más, el descrito en el poema El Laberinto del escritor Jorge Luis Borges que habla del sufrimiento de un hombre. Aquí puedes leerlo y escucharlo de su propia voz:
Con base en este último laberinto, los artistas basileños Marcos Saboya y Gualter Pupo, acompañados de unos 50 voluntarios, ponen a Jorge Luis Borges en la escena londinense a través de la instalación titulada aMAZEme, inspirada en su poema. El laberinto está diseñado y construido con más de 250 mil libros, nuevos y usados, prestados en su mayoría por la organización Oxfam.
La obra abarca más de 500 metros cuadrados con secciones que rebasan los 2.5 metros de altura para los que se internen y traten de encontrar la salida.
En "Ícaro y Dédalo", se aprecia cómo los padres construimos laberintos para que los hijos los recorran conforme a la ruta que les trazamos. Al final del día, ellos siguen su propia trayectoria y en vez de verlo como un milagro, lo sentimos como una falla en nuestros planes...
ResponderEliminar...todas y cada una de las personas debemos elegir nuestros propios caminos, perdernos en ellos y encontrar la salida las veces que sean necesarias...
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