Mujer cambia de rostro ¡cuántas veces quiera!

Darse una manita de gato, un zarpazo de tigre, ir a hojalatería y pintura, son algunas frases populares, algunas podrán tener un tono cómico, de broma, algunas podrían resultar de mal gusto, sobre todo si se dirigen a una persona que no está de buen humor para escucharlas; pero que se utilizan en México para referirse a alguien que le gusta maquillar su rostro. En alguna ocasión escuché a una amiga decir que tenía que ir a dibujarse la cara.

Una base de maquillaje, un corrector que cubra imperfecciones y disimule los signos de la edad, sombras, delineadores, labial, un enchinador de pestañas o en el mejor de los casos una pequeña cuchara que sirva como herramienta para darles una forma curveada, son algunos de los elementos que se requieren para enaltecer las facciones.

Maquillar es todo un arte, sino lo creen, echen una mirada sobre todo a las mujeres que tienen la habilidad de ir en el transporte público o al mando de su propio automóvil y a la vez se van maquillando, bueno en este caso también resulta algo peligroso. Hay quienes se toman el tiempo necesario para hacer todo el ritual.

El maquillaje siempre se ha asociado con algo fashion relacionado a la belleza y perfección. Maquillar el rostro no significa convertirlo en una máscara, cuando lo que se busca es resaltar los puntos positivos y disimular los desfavorables, en el caso de que se trate de un maquillaje cotidiano, pero hay algunos que son más cargados dependiendo la ocasión. Los hay de fantasía cuando son para una fiesta de disfraces o como el que se usa para caracterizar personajes de ficción como los de las películas, que tiene como objetivo transformar el rostro para dar vida a otro y sea más creíble la trama.

Los cosméticos pueden servir para mucho más que corregir imperfecciones de la piel, pueden permitirnos tener apariencias completamente distintas a la nuestra y convertirnos en otras personas.

Lucia Pittalis es una artista italiana experta en el uso del maquillaje y la transformación. Es capaz de transformar su rostro en el de cualquier personaje de ficción. Utiliza su cara como un lienzo, lo cubre de maquillaje, sombras, líneas, colores, luces, y de ser Lucia se convierte en Iggy Pop, Rambo, Frank Zappa, Walter White y cualquier personaje del cine o la televisión.

Pittalis demuestra que no sólo el maquillaje se utiliza para perfeccionar y embellecer el rostro, sino también atribuirle unas cuantas imperfecciones, años, e incluso, cambiar de género.

Si la ven en la calle luciendo como Heisenberg podrían irse con la finta y creer que es el mismísimo Mr. White, porque es idéntica a las personalidades que intenta plasmar en su cara.

Si quieren conocer más de las caracterizaciones de Lucia Pittalis sólo den click sobre su nombre y apellido.