La rutina diaria nos ha llevado a hacer las cosas de manera mecánica sin detenernos un segundo a valorar los detalles de la vida . Nos dedicamos a dar todo por hecho, a caer en obviedades, a complicarnos la existencia, cuando todo podría ser más fácil si así nos lo proponemos. Teniendo tantas cosas a nuestro alrededor, ¿por qué a veces sentimos un vacío? Pareciera que estamos hasta el tope de actividades, pero en ocasiones, no son lo que queremos o lo que esperamos. Momentos, personas, situaciones o relaciones que poco valoramos , ya sea porque no queremos, o no nos damos cuenta de que existen, tal vez estamos acostumbrados a que estén ahí que ya no le damos la importancia que merecen. Cuántas veces nos hemos quejado de las tantas horas de trabajo que faltan por cubrir, de los malestares físicos , del tráfico , que a su vez nos genera estrés , y del que también nos quejamos, de que no tenemos tiempo para hacer otras actividades , fuera de lo laboral. ¿Se h