¡Llévese el bonito detalle!
Para
muchas personas la experiencia y los
conocimientos se obtienen de los grandes y pequeños momentos que viven a lo
largo de su vida. Aprender de lo que los demás nos aportan, de la lectura,
de lo visual, lo sonoro, de nuestro propio interés por investigar, nos
beneficia y amplia nuestro conocimiento.
Viajar es una buena opción para
ampliar los horizontes,
de hacer a un lado los prejuicios y sobretodo abrir mentalidades, aprender de
las distintas culturas, son conocimientos que sólo se adquieren viviéndolos,
sintiéndolos. Por eso se dice que “quien
no ha viajado no ha vivido”. Parte de la formación del individuo se logra
con la experiencia de conocer otros lugares, personas, ideologías y costumbres.
Por
supuesto que la lectura nos proporciona muchas herramientas para explorar otras
tierras, nos transporta a aventuras jamás imaginadas, pero vivirlo en carne
propia nos puede reafirmar la idea que teníamos de otra ciudad o país, o por el
contrario descubrir que las personas, situaciones o las cosas no son como nos
las describieron.
Cuando se viaja se experimenta un
cambio de entorno en su totalidad,
bien sea conocer otra región, otro país u otro continente. Cada vez que salimos
de lo cotidiano la visión personal crece
en muchos sentidos, nos ofrece la oportunidad de valorar y entender las
diferencias en los acontecimientos fuera de nuestra tierra.
Visitar otro estado de nuestro país o
salir al extranjero es
una experiencia inolvidable y gratificante, tener la oportunidad de realizar un viaje en compañía de los papás,
los hermanos, la pareja, los amigos se vuelve aún más un momento memorable.
Hay quienes documentan en fotografía y video todo el tour desde que sale de
casa, del aeropuerto, de la terminal de autobuses hasta el destino final y de ahí
en adelante todos los sitios que visitan, como una forma de compartir con los seres queridos parte de
la experiencia vivida.
Cuando
los conocidos se enteran que iremos a vacacionar fuera de nuestro lugar de
origen, algunos aprovechan para pedir si les podemos traer algo especial. Los
que no lo piden abiertamente, en ocasiones esperan ser recordados cuando sea el
momento de que se compren los famosos souvenirs.
Los recuerditos que no pueden faltar,
artículos que adquirimos tanto para nosotros, para que cada vez que lo veamos
recordemos lo bien que lo pasamos, pero sobre todo para aquellos que queremos y
no han tenido la oportunidad de visitar el lugar al que fuimos.
El souvenir es un objeto que representa un valor sentimental más que económico o
práctico, para hacerles saber a
amigos y familiares que los tuvimos presentes.
Imanes para refrigerador, postales, llaveros, ceniceros, bolsos,
camisetas, gorras, reproducciones de construcciones emblemáticas, son
algunos de los objetos comunes que se obsequian.
Si
tuvieran la oportunidad de viajar y
conocer el Castillo Grayskull de He Man o internarse en ‘Jurasic
Park’, o transportarse unos años al pasado y futuro en el Delorean de ‘Volver al Futuro’, ¿No les gustaría conseguir un souvenir, y
presumirlo a sus amigos? Aunque sea sólo una fantasía visitar esos lugares y
sólo ocurra con la magia del cine o la televisión, hay un equipo de diseñadores e ilustradores que podrían hacer realidad que nos llevemos el
bonito detalle de estos conocidos lugares.
Los diseñadores gráficos e ilustradores Martín Feijoó, Sara Enriquez y Miguel
Sousa con la colaboración de Snack Studio, diseñaron Impossible Magnets, una serie de ilustraciones animadas, pensadas como si fueran imanes inspirados en sitios que hemos conocido por medio de películas,
libros, cómics, dándole una identidad visual atractiva donde todas las
piezas conservan la misma coherencia gráfica.
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