Arte hipnotizante


La Real Academia de la Lengua define el término hipnotismo como el “método para producir el sueño artificial, mediante influjo personal, o por aparatos adecuados.” Hay personas que creen en este tipo de estado y quienes tienen un espíritu crítico y apático hacia estas actividades.



Las sesiones de hipnosis en muchas ocasiones se relacionan con sucesos paranormales, brujería y magia negra, un concepto que se lo debemos principalmente a los medios masivos de comunicación y sus productos ficcionados.



Hay infinidad de películas, series de televisión y caricaturas que utilizan este recurso para extraer información que se encuentra en el subconsciente del sujeto en estudio. En los dibujos animados podíamos saber que alguien estaba hipnotizado porque se le ponían los ojos de espiral.



En realidad la hipnosis tiene cientos de años que se utiliza. Los primeros antecedentes que se conocen datan de la época de los egipcios en los llamados Templos de Sueño, sin embargo, su aceptación científica se dio en el siglo XVIII cuando se bautizó el término.



El hipnotismo, dentro del campo de los expertos, se define como un estado mental que ha sido inducido por un hipnotizador para obtener información, incluso, para curar ciertas adicciones o fobias. Lo que es un hecho es que con el paso de los siglos, aún no existe una definición concreta y universal.



Cuando la hipnosis se utiliza con fines terapéuticos se aplican contra el tabaquismo, la obesidad o el dolor. Mucho se habla de que el hipnotizado cuando se encuentra en la inducción puede recordar detalles del pasado, lo cual sigue siendo controvertido [y bastante ocupado en la ficción].



Para llevar a cabo la hipnosis se necesita un foco de atención [como aquellos péndulos que hemos visto en las pantallas chica y grande] que hacen que los ojos sigan su curso, pero también puede ser la voz o algo auditivo. La relajación del individuo es muy importante, pero sobre todo, que exista una plena creencia de aceptar actos sugestivos en el subconsciente.


Y con la llegada de la era digital, el estudiante de física David Whyte, sin necesidad de estar presente, podría proporcionar ese foco de atención por medio de su serie de imágenes GIF de objetos que se desplazan con movimientos circulares y perpendiculares.



Al observar cada archivo se puede hacer un viaje dentro del vértigo donde se pierden los sentidos, y abstraerse con las múltiples facetas de un caleidoscopio, sin embargo, lo que maravilla al ojo y la razón es la capacidad para colocar la programación de cada elemento que compone el GIF.



Para realizar estas representaciones perfectas, Whyte utiliza un lenguaje de programación llamado Processing que permite insertar códigos y métodos creativos de elaboración de GIF. [Por cierto, este programa se encuentra disponible en línea para todos los artistas visuales, y si alguno lo quiere, puede bajarlo totalmente gratis dando click aquí].



La concepción de cada figura no es premeditada, sólo surge de la imaginación de David y los resultados son sorprendentes y totalmente hipnóticos. ¿Quién se atreve a mirarlos por más de dos minutos?


Si quieren ver más arte hipnótico de David Whyte, den click en su nombre.

Comentarios

  1. Es buena terapia para la gente que cree en ella. Felicidades a Indie Emergente.

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