Mírame
Hay
miradas que matan, pero también hay
las que enamoran. A través de una
mirada podemos transmitir continuamente información
sobre nuestro mundo interior, no es
necesario articular ni una palabra para expresar nuestro estado emocional, inquietudes, pensamientos, sentimientos.
Una mirada
es capaz de destruir, confundir, convencer, despreciar, aliviar, de hablar sin
que emitamos ningún sonido. Algunas veces, una mirada puede penetrarnos hasta el fondo del alma, y
otras suele fulminarnos en segundos.
No hay una parte del cuerpo que tenga mayor carga emocional que los ojos. Ellos revelan nuestro cansancio o tristeza, delatan alegrías y suelen decir más de lo que las palabras pueden
hacerlo.
Pueden
también ser miradas de complicidad.
Hay parejas de enamorados que están tan conectados que únicamente con lanzarse
una mirada saben lo que quieren comunicar.
La
mirada es el lenguaje de los ojos;
ante una señal de interés nuestras
pupilas se dilatan, así que debemos tener cuidado porque la manera de mirar no
es algo que podamos controlar, es así que consiguen
delatarnos.
Hay
miradas desafiantes con las que sólo
se consigue crear barreras, seguramente no atraerá amistades. Por el contrario,
una mirada tierna transmitirá sensibilidad,
una sostenida demasiado tiempo
intimidará, pues si bien es necesario mirar a los ojos, debe ser solamente lo
suficiente para no amedrentar al otro.
Mirar con buenos o malos
ojos, con lujuria, con interés, miradas turbias,
sanas, en fin las miradas cambian dependiendo de la personalidad
de los mirantes o el tema de conversación.
La sociedad pauta que no es de buena
educación mirar fija y constantemente a desconocidos en lugares públicos, y
si a alguno de ustedes le ha pasado podrán decirnos qué tan cómodos o incómodos
los hizo sentir esa mirada.
En
ocasiones se piensa que si alguien no nos ve a los ojos mientras le hablamos es
porque no nos está poniendo atención, y no necesariamente es así. Podrán vernos
todo el tiempo y aún así no somos atendidos y eso también lo podemos notar en
la mirada del otro, pues quizá se le vea distraído
o que está pensando en otra cosa.
El
ilustrador japonés Shouta Sanoda ha retratado el alma y corazón de
algunas icónicas celebridades. Michael Jackson, Salvador Dalí, Charlize
Theron, Beyoncé, Rihanna, Audrey Hepburn, Angelina Jolie, Marilyn Monroe, Katy
Perry.
Agresividad, ternura, dominación,
euforia, tristeza, felicidad, melancolía, atracción son lo que delatan las miradas de los
protagonistas de la obra de Sanoda, detrás de las que se esconden historias de vida que han marcado su
personalidad, y seguramente en las que han encontrado el coraje para seguir
adelante con su carrera.
Descubran
a quiénes pertenecen estos ojos y qué les transmiten. Si quieren descubrir más
trabajos de Shouta Sanoda sólo den click en
el nombre.
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