Construyendo animales [... y no el caballo de Troya]
Ante el famoso dilema de “qué fue primero, ¿el huevo o la gallina?” las
personas se desgarran cuando hay una disyuntiva que no se sabe a ciencia cierta
cuál fue su origen. Lo mismo pasa con la vida en general.
Los seres vivos de este planeta seguimos sin saber cómo fue nuestro
principio, si algún ser extraño nos trajo, si somos polvo galáctico de otra galaxia
o si en realidad Dios nos creó a imagen y semejanza. La lucha eterna entre la
ciencia y la religión.
La astronomía y todas sus ramas de investigación buscan constantemente
la presencia de vida en otros planetas y aún no tienen éxito. Las campanas se
echan al vuelo cuando las sondas enviadas al espacio llegan a encontrar agua en
la superficie extraterrestre donde se hayan posado o fotografiado, el agua
puede contener vida microscópica.
Y hay teorías que pudieran sonar más disparatadas como la que dice que
somos parte de un experimento extraterrestre o que provenimos de seres
desarrollados que habitan bajo la superficie de Marte. En fin, algún día se
develará cuál es el origen de la vida en el planeta Tierra.
Aunque es probable que una teoría nueva aporte al estudio de esta
materia. En Guadalajara, Jalisco, existe una persona que tiene su propia visión
de una especie en particular: los animales.
Cualquiera pensaría que los animales, así como las plantas y los seres
humanos, tenemos cierta analogía en nuestra concepción, pero el artista
mexicano Ricardo Solís no lo ve de esa manera.
Su creencia radica en que pequeños individuos tienen la facultad para
hacer y/o construir cualquier especie animal. Su actividad consiste en
diseñarlos y poco a poco decorarlos conforme ahora los conocemos.
Son tan diminutos que tienen que hacer uso de diversos aparatos como
globos aerostáticos para engalanar las extremidades superiores, utilizar una
manguera para disparar a presión la pintura que le dará color a su piel o
submarinos para detallar a las especies marinas.
La imaginación de Solís proviene de su gusto por la naturaleza y el
arte, disciplinas que conjunta de maravilla para realizar estas pinturas de ensueño, y como se puede apreciar, para él sí existe un Creador
[o creadores].
De alguna u otra forma, todos sacamos el niño que llevamos dentro.
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