Un recuerdo de amor
Cuando alguien se va de nuestro lado, ya sea por fallecimiento o un
rompimiento con la pareja, el dolor corre por todas la fibras del cuerpo. La
sensación de pérdida es irreparable, así pasen los años, sobre todo, si prevaleció el amor entre ambos.
Todo lo que se deja comprende un cúmulo de experiencias
irrepetibles, que sólo se vivieron con esa persona y que nadie más puede
suplir. Son espacios en el alma que no vuelven a ser ocupados porque tienen un
lugar especial.
Sea cual sea el estatus de la partida de esa persona, el hueco que deja
en el corazón es innegable. Todo lo que rodea trae recuerdos de
agradables de momentos, acciones, palabras u objetos.
La presencia está latente en el ambiente, sobre todo en ese periodo que
los especialistas suelen llamar “de duelo”. Un tiempo que nadie puede dictar de
cuánto será, pero que se necesita para sanar las heridas y ese vacío.
Hay personas que se deshacen de las pertenencias de la otra persona para
evitar recuerdos que lleven a la tristeza; cambian de casa o los muebles,
reorganizan los espacios que compartían, o de plano, regalan o venden todo para
hacer una renovación saludable.
Existe la otra parte, los que atesoran cada cosa que le perteneció o
fue tocada por el otro. Colecciones de discos, revistas, libros, fotografías y
la ropa, principalmente eso.
Las prendas tienen un efecto nostálgico y emotivo que traslada a pasajes
vividos, los aromas son parte importante para sumergirse en sueños.
Las pertenencias tienen un lugar especial para la emotividad.
La fotógrafa Carla Richmond en colaboración con la escritora y actriz
Hanne Steen lanzan el proyecto visual Lovers Shirts, una colección intimista en
extremo de mujeres que posan con las playeras, camisas, suéteres o sudaderas de
sus ex parejas.
Es probable que el uso de estas prendas de la pareja represente
sentimientos fuertes hacia el ser amado, una sensación de pertenencia ligada al
amor profundo. Si la correspondencia fue mutua se convierte en un lazo
irrompible.
Las imágenes muestran a mujeres con el semblante de un corazón roto,
poses que denotan el dolor que están padeciendo. Situaciones que rayan en lo
desgarrador por ver a esposas y parejas sufriendo por algo que quizá ya no se puede remediar.
Muchas de ellas se abrazan con la misma prenda como si a quien tuvieran
en sus brazos fuera a la persona que partió. Lágrimas en los ojos y corriendo por las mejillas que no son fingidas, que brotan por las memorias del pasado que engloban tristeza, dolor y
pesar.
Para conocer más sobre el trabajo de Carla Richmond y el proyecto Lovers Shirts, den click en los nombres.
El proyecto visual de la fotógrafa es bueno pero la temática es triste porque necesitan terapia para no engancharse en el sufrimiento la vida sigue. Felicidades Indie Emergente.
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