Selfies technicolor
El mundo es invadido por los adelantos tecnológicos cambiando las
costumbres de las personas en gran parte de las sociedades. Y no basta con eso,
sino que una vez que se adquiere un nuevo gadget, sólo pasan unos cuantos meses
y ya está disponible la versión actualizada.
Esta situación se da principalmente con las computadoras de escritorio,
laptops, tabletas y teléfonos celulares o móviles. Se anuncia con gran
estrépito la llegada del aparato con la última generación de aplicaciones,
procesadores, lentes y demás detalles que gusta al público, pero para sorpresa de todos, esto queda obsoleto en poco tiempo.
Hablando de la telefonía móvil uno de los usos que más se le da a las
aplicaciones es la cámara de fotografía y video. Por ello, los usuarios se
estremecen cuando los lentes tienen mayor sensibilidad en los megapixeles.
El hecho de que capte imágenes en alta definición, que los megapixeles
cada día sean mayores para tener una mejor resolución, que haga barridos
panorámicos de los objetivos y que además cuente con filtros para que las fotos
luzcan como si hubieran sido tomadas en los años 60, son características que se
disfrutan al máximo.
El boom de las cámaras fotográficas en los celulares y tabletas se dio
hace muy poco tiempo con las llamadas “selfies”. Quizá todos hayamos escuchado
el término, es más, es muy probable que los que están leyendo esto tengan una
selfie en su aparato, aunque no lo hagan público.
Según el Diccionario Oxford [el símil de la Real Academia Española,
quien aún no agrega el término] el concepto selfie se refiere a “una fotografía que se toma uno
mismo, típicamente con un teléfono celular o webcam y es subida a un sitio de
redes sociales.”
Para dejarlo más claro, es un autorretrato que se caracteriza porque se
sube de inmediato a Facebook, Twitter, Instagram o cualquier otra plataforma
que acepte este archivo.
El asunto aquí es que la mayoría espera acumular un buen número de “Me Gusta”
o “Likes” para comprobar su grado de popularidad. Las selfies que obtienen un
número de visitas exorbitante son las de personajes públicos como deportistas,
artistas, actrices y actores, músicos, y hasta políticos.
Hay un debate fuerte que se libera con relación a las selfies, sus
alcances y limitaciones, y que se engloba en la siguiente pregunta: ¿se puede
considerar arte? Sería muy normal que en una encuesta la mayoría contestara que
no, es más, las críticas llueven sobre los que se autorretratan por
narcisistas.
La selfie pareciera que no tiene otra perspectiva, sólo tiene un ángulo
donde se aprecia el rostro y, quizá, lo que hay detrás del fotografiado. ¿Qué
pasaría si alguien encontrará otra visión? ¿Podría ser arte?
Ese alguien ya tiene nombre y es Helene Meldahl. Ella se ayuda de un
espejo para tomarse una serie de selfies que están siendo colocadas en su
cuenta @mirrorsme de Instagram.
Sus autotomas no son una selfie cualquiera, sino que las adorna con
mucha imaginación creando situaciones donde ella es la protagonista. La artista
noruega lleva haciendo este rito por más de un año.
Para consolidar su idea, Helene se lleva entre 20 y 30 minutos en lo que
posa y utiliza varios marcadores de colores para plasmar su otra faceta
de artista que es la de pintar.
Sus escenarios se mueven por diferentes universos como el hábitat de
Mario Bros., la Luna, los genios de la lámpara maravillosa, el ataque de un oso
blanco, un cúpido atacando a varios corazones, el vuelo en helicóptero y lo que
su creatividad le dicte.
Ustedes decidirán si es arte o no, pero si quieren ver más cuadros imaginativos de Helene Meldahl, den click en su
nombre.
Yo pienso que es creatividad de Helene y las personas que se toman muchas fotografías y las suben a las redes sociales es egocéntricos. Felicidades Indie Emergente.
ResponderEliminarYo pienso que es creatividad de Helene y lo personas que se toman muchas fotos incluso en la misma pose y las suben a las redes sociales son egocéntricas. Felicidades Indie Emergente.
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