Imagina...
Hay canciones que se quedan grabadas en la memoria colectiva y que
sobreviven generación tras generación o que son heredadas con todo la intención
de propagar un gusto exquisito a través de las ramas del árbol genealógico. El gozo por escuchar una canción puede radicar en muchos factores como
el grupo, el solista, la letra de la
canción, la ejecución, la entonación, incluso, la ecualización de cada una de
las notas.
Aún así, en la cultura popular prevalece el placer por escuchar baladas.
Por lo general, son las que entran más en el corazón y los sentimientos de los
oyentes. Penetran en las fibras nerviosas y hacen vibrar las cuerdas vocales
para hacer una reinterpretación desde lo más hondo de los pulmones. La empatía que generan un conjunto de letras acompañadas de la música
exacta puede llegar a niveles globales, como una oda a la paz, la armonía,
incluso, gritos de guerra para alentar las luchas sociales y deportivas. Mucho
depende del contexto en el que se reciba.
Los artistas más seguidos en la historia de la música, indudablemente,
son The Beatles. Cada una de sus canciones es una colección de experiencias que
son adoptadas como propias por los fans. Su discografía es vital en cualquier
hogar porque hasta es fenómeno de aprendizaje.
Paul, Ringo, George y John, juntos, le otorgaron grandes melodías al
mundo; una herencia que persistirá por años, quizá sean siglos. Como solistas
crean piezas extraordinarias hasta el momento, compendios musicales que entran
en la colección.
Paul McCartney en su andar pulcro y políticamente correcto sigue con
una carrera prolífica, mientras que alrededor de la vida de John Lennon se ha
creado un halo de misticismo por diversas razones: la desintegración del
cuarteto de Liverpool, su relación con Yoko Ono y su posterior asesinato, por
mencionar las más significativas.
John tenía tanta creatividad, en muchas ocasiones rebelde, que lo
llevó a concebir una de las canciones más importantes de la historia: “Imagine”.
Una apología a la paz mundial que es retomada como estandarte para el fin de
hostilidades. El mensaje, dicho por el propio Lennon, radica en la pregunta “¿Puedes
imaginar un mundo sin países ni religiones?”
Es así como el diseñador mexicano Pablo Stanley imagina, desde su
perspectiva, lo que John Lennon dice en la letra de la canción y lo plasma en
una serie ilustraciones a manera de cómic. Las viñetas están llenas de personajes y colores que otorgan tranquilidad y cada cuadro está acompañado de la letra de
la canción en su primer coro.
Stanley aclara que sus dibujos, a pesar del significado implícito que le
daba Lennon, no son antireligiosos, ni antisemitas, ni forman parte de un cómic de
propaganda agnóstica, sino un comunicado para que todo el mundo comparta la paz.
Para conocer más sobre Pablo Stanley, den click en su nombre.
Muy buena representación de la música en los cómics así se facilita más la traducción para los que no sabemos inglés. Felicidades Indie Emergente.
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