Dibujos cotidianos a alta velocidad


Si somos perceptivos en nuestro andar diario, podemos descubrir una buena cantidad de situaciones que pasan a nuestro alrededor que ni siquiera imaginábamos que estaban enfrente.



A cada paso que damos en la calle, hay decenas de cosas que suceden; cada una vive su propia historia, su realidad que es ajena para los demás. En la acera, los parques, el trabajo, en los restaurantes, plazas, comercios y deportivos viajan líneas de vida que circulan en paralelo a la nuestra.



El transporte público es un buen lugar para observar a las personas: la expresión de sus caras, el modo de sentarse, si leen o si van escuchando música con los audífonos puestos, incluso, muchos duermen después de la extenuante jornada de trabajo. Ellos pueden ser relatos producto de una imaginación sobrepuesta en sus hombros.



Es probable que ustedes sean de esas personas que, para matar el tiempo, gustan de inventarle una crónica a la persona de enfrente basándose en el rictus de su rostro. Es un buen pasatiempo, siempre y cuando no se percaten de que son objeto de análisis, porque podría haber problemas.



Lo mismo sucede con los que caminan en las plazas, públicas y comerciales, van sumergidos en su propio mundo y desplazándose por otra realidad para llegar a un objetivo. Más sucesos para contar e inventar.



La posibilidad de que alguien nos observa en cualquier lugar está latente. Así como algunos vemos a los demás, otros pueden estar haciendo lo mismo con nosotros, nadie es la excepción. Quizá estudie los movimientos, la forma de caminar o de reír, si gesticula o manotea al hablar.



En Japón existe un talentoso ilustrador que goza de mirar a las personas en situaciones cotidianas y es conocido como Hama-House. Es como un paparazzi, sin embargo, no utiliza una cámara fotográfica, sino plumín y cuaderno para capturar por medio de trazos una instantánea de su persona objetivo.



Él tiene una característica muy peculiar: dibuja a toda velocidad, y lo hace de manera extraordinaria y fidedigna de acuerdo al modelo que elige. De hecho, él mismo considera que su hobby es la velocidad.



Para plasmar su visión de la gente, recorre los lugares públicos hasta que tiene una sensación, se detiene y a una distancia media visualiza su objetivo. No importa que sea una cafetería, el metro, un bar donde esté tocando un músico o en el conservatorio, Hama-House decide hacer su caricatura.



¿Y por qué comentamos lo de su velocidad al dibujar? Porque nunca sabe cuánto tiempo estará el modelo en la misma posición, así que la destreza en sus líneas es vital para finalizar el trabajo. Después procede a tomar la fotografía para dejar la evidencia del clon que acaba de realizar.



Para conocer más de su obra, den click aquí y luego acá.

Comentarios

  1. Fabuloso el talento del ilustrador, realiza
    idénticas las imágenes a las personas que
    observa.Felicidades a Indie Emergente.

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