Inocencia grotesca
Cada año los niños y sus papás esperan con ansias las películas
infantiles; nuevos seres, personajes fantásticos que se apoderan de las
pantallas, los juguetes y todo lo que se relacione y tenga la licencia de
distribución.
Las animaciones de Disney son las que se llevan las taquillas, ya sean
con la multifranquicia rentable de las Princesas o lo que sale de la mente de
esos geniecillos de Pixar son un rotundo éxito.
Este tipo de películas, por lo general, son inspiracionales y
aspiracionales. Cuántos chiquitines buscan emular lo que representan los
personajes, cuántos se disfrazan para las fiestas de sus amiguitos, cuántos
hablan y los imitan.
Los contenidos siempre se debaten entre el bien y el mal, por supuesto,
siempre triunfan los buenos, no sin antes dejarnos una enseñanza. Los buenos se
caracterizan por su bondad, hermandad, pero sobre todo, por su inocencia,
plasmada en los trazos que los diseñadores otorgan a los protagonistas.
Se imaginan que toda esa buena onda que despiden las princesas,
animalitos, robots, carros y demás parafernalia colorida se transformara en
zombi, que tuvieran su lado bizarro como en aquel episodio donde el canario
Piolín se transforma en mostro. ¿Los papás llevarían a sus hijos al cine?
Para darse una idea de cómo lucirían, el artista sueco Dennis Carlsson, alias Disse86, reversiona varias caricaturas, otorgando en cada cartón que dibuja los
atributos necesarios para aparecer en un capítulo de The Walking Dead o una
película de George Romero.
La brutalidad y la falta de ser políticamente correcto son su sello de
distinción. No busca agradar a los pequeños, mucho menos a sus papás, sino a
ese grupo de mentes perversas que les encanta romper con lo establecido.
La inocencia se fue por el caño, Winnie Pooh y compañía vienen con
hambre de carne y sangre, lo dulce ya no va con ellos, se empalagan, así que prefieren
ser la imagen perfecta de lo grotesco, formar parte de las pesadillas de
cualquiera que se enfrente a ellos.
Si quieren saber más de Disse86, den click en el alias.
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