Tatuajes clásicos


Para una gran mayoría de la sociedad los tatuajes son rayones en el cuerpo que sólo deberían de traer los presos. El arte de la pintura en la piel se ha estigmatizado y denigrado a grado tal que se piensa que sólo se debería de dar en las clases bajas, algo por demás erróneo.


El tatuaje es más ancestral que el mismísimo Cristo. No es una moda ni la sola apariencia de alguien que quiere demostrarle a los demás que es muy malo. Tiene una cosmogonía que sólo los que realmente conocen el significado lo portan con orgullo.


En Oceanía las tribus indígenas los utilizan como autentificación de los niveles dentro de su organización. El portar un tatuaje es un orgullo para las familias, sin embargo, ganárselo no es tan fácil porque se deben de pasar diversas pruebas que verifiquen que se merece tal distinción.


En un contexto más globalizado, los personajes públicos, principalmente de la farándula, utilizan tatuajes, quizá como una forma de dejar ver que tienen cierto estilo o actitud frente a la vida.


Es muy cierto que el uso del tatuaje se ha desvirtuado por la aplicación de tinta en diseños que podrían faltar a la esencia de la aplicación de tinta en la piel, cayendo en una moda que resulta superficial.


Y para ver el lado cómico a la aplicación de los tatuajes el artista francés Nicolas Amiard se lanza a la aventura de retocar pinturas clásicas dándoles un toque de aplicación de color en las zonas donde la piel queda al descubierto.


Su consigna se basa en la pregunta: “¿qué pasaría si los tatuadores conocieran a los pintores clásicos?” Así que tomó el Photoshop y se puso a reversionar lo clásico en moderno, creando la serie The Art of Tattoo.


Si quieren ver más del arte digital de Nicolas Amiard, den click en su nombre.


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