Medianeras ilustradas
Las
medianeras, esas paredes que separan dos
propiedades cerradas de diferentes propietarios. Aquellos muros que quedan al descubierto,
generalmente porque de su lado no se levantó otra construcción, o sí, pero no
de la misma altura, o porque la edificación colindante fue demolida. El caso es
que esos espacios son olvidados, son
muros que quedan a la vista, desprotegidos
y algunos evidencian las grietas y daños
que han sufrido, por causas naturales, por el simple paso de los años.
La
mayoría de las medianeras son paredes
vacías, sucias, feas. Tal vez son olvidadas porque lo que importa es que el inmueble tenga un buen aspecto en la fachada, como cuidar
la apariencia sin poner atención a lo que hay detrás o a los lados. En el mejor
de los casos los habitantes del domicilio o la constructora las pintan en un
color asequible a la vista.
Esas
paredes anónimas, divisorias de
propiedades, sin ningún tipo de
protagonismo en el aspecto exterior del edificio, que a raíz de cambios
urbanísticos quedan expuestas a nuestra visión. Cuando eso pasa, aparece una discontinuidad en el paisaje, una
fractura en el tejido urbano que genera problemas constructivos y de
habitabilidad con los vecinos.
Algunas
ciudades han promovido la recuperación
de paredes medianeras con proyectos arquitectónicos, cuyo objetivo es dotar de significado estos espacios,
aportando identidad cultural y social en
lugares que los habían perdido.
De
buena inspiración puede servir la película argentina del director Gustavo
Taretto, que hasta en su titulo le da el protagonismo a esas paredes
separadoras de propiedades: Medianeras. Una comedia dramática
que usa de pretexto las medianeras para contar la historia de un diseñador web
y una arquitecta.
Artistas con ingenio han encontrado en esas partes de los
edificios olvidadas su lienzo para plasmar
su obra y crear impresionantes
trabajos muralistas. Como ejemplo tenemos al diseñador
iraní Mehdi Ghadyanloo, quien ilustra las medianeras aportando una mejor vista
a la ciudad de Therán con más de 100 murales.
Ghadyanloo
le imprime a sus creaciones un toque de hiperrealismo a gran escala. Aprovecha cada centímetro
para pintar escenas divertidas, juguetonas,
coloridas, con una perspectiva de
profundidad, imágenes de otros edificios, o la continuación de la fachada o del paisaje.
Sus
murales sobresalen porque sus composiciones
están ideadas para que se integren perfectamente con las formas de los edificios
y los colores de su entorno.
Para
conocer más del trabajo de Mehdi
Ghadyanloo den click en su nombre.
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