Documentando a Simón
El saber que se comienza a gestar vida dentro de una persona es un suceso indescriptible. Emociones, sentimientos, cambios físicos y en la cotidianidad de los futuros padres. La transformación no sólo es interna, sino que permea a los círculos familiar y social más cercanos. Todos se sienten diferentes y comienzan una readaptación al medio para que esté lo mejor posible para la llegada del nuevo integrante.
Una de las formas para compartir la gran noticia es a través de las imágenes de los ultrasonidos, ahora de última generación, que incluso urgan en la intimidad del bebé para determinar su sexo. Estas postales, que para muchos no tienen pies ni cabeza, son mostradas y compartidas en las redes sociales y/o los teléfonos celulares.
Los meses trascurren y el vientre de la madre va creciendo paulatinamente. Los síntomas del embarazo se acentúan y, en ocasiones, entran en un vaivén de salud que dejan en el agotamiento. Nada de esto detiene el sentimiento y lazo que se desarrolla segundo a segundo entre los padres y su hijo.
Durante las cuarenta semanas de gestación prevalecen, entre otras cosas, las fotografías. Uno de los momentos que se guardan con agrado son las famosas festividades del baby shower. Esa reunión que funciona como un prefestejo ante la inminente llegada del bebé, y que sirve de pretexto para ayudar en el cuidado, vestir y embellecimiento de la criatura por medio de obsequios diversos. Por otro lado, hay algo que poco se hace: documentar el crecimiento del bebé conforme se abulta el vientre. Conocer el cambio con el paso de los días, semanas y meses. Ser testigos de cómo se hace más y más grande. Las imágenes que por lo regular se tienen son posando para la cámara y de frente. Por ello, es difícil saber el volumen que va adquiriendo.
La fotógrafa argentina Sophie Starzenski quiso darle un giro a esta actividad lúdica familiar que llena múltiples álbumes al decidir que sólo tomaría unas cuantas impresiones de su embarazo -para ser exactos, diez-, y para mostrarlas esperaría once meses.
El trabajo que se propuso consistió en crear un documento visual donde ella y su bebé fueran los protagonistas. Sophie se fotografió durante las cuarenta semanas en el mismo sitio, frente al mismo espejo, en la misma posición, con el torso desnudo mostrando de perfil su vientre y ocultando su rostro con la cámara.
Su serie de instantáneas las ha bautizado como Proyecto Pyokko y consistió en una mirada intimista de ella misma acerca de su embarazo. Las diez fotografías fueron tomadas durante las semanas 4, 8, 15, 20, 25, 29, 33, 37, 40, y la última, dos meses después del nacimiento de Simón.
La belleza de la creación de la vida arranca suspiros y cuotas de confianza en un futuro prometedor. El cambio de la dinámica cotidiana es aceptada por los recientes padres sin reservas. Un hijo está por llegar y hay una entrega total e incondicional. Estas imágenes muestran el orgullo y felicidad de una madre que dará todo por su pequeño, y que decide compartir con todos una visión diferente de captar los cambios del cuerpo.
Vemos como Simón va creciendo dentro de Sophie, pero no imaginamos cuál será su aspecto, de hecho, no tenemos idea si será niña o niño. Conocerlo en la última fotografía nos deja constancia de que la perfección biológica del ser humano es perfecta.
Si desean conocer más sobre el trabajo de Sophie Starzenski, den click en su nombre.
muchas felicidades!!!!!!!! x esas 50mil visitas saludos y abrazos.
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