Tridimensionando el valor del papel
Uno de
los medios por excelencia que ha
utilizado la humanidad para comunicarse es el papel. Información, ideas,
literatura, diseños, dibujos y más, mucho más han sido plasmados en este material tan valioso, invención de la cultura China.
A pesar de que la era digital nos
está alcanzando y quizá rebasando, presagiando el fin del papel como medio de impresión y comunicación, muchos
artistas y personas en general se rehúsan a creer si quiera en la idea de su
extinción.
Aun
no comulgando con la idea de que el papel desaparezca, tal vez no le hemos dado el valor suficiente,
pues al ser algo que utilizamos cotidianamente, sólo lo apreciamos como soporte de información, tal como lo expresa
el artista danés Peter Callesen,
quien le otorga validez al
materializarlo. Es por eso que en su obra el papel es el elemento
protagónico, y aunque lo recorta no desperdicia nada.
Peter
Callesen es un experto en papiroflexia,
reconocido por ser todo un maestro del
arte del recorte. Le da valor a algo que pareciera carecerlo, que es algo
vacío, proporcionándole materialidad
real. Y ésta se convierte en figuras extremadamente fuertes y contundentes,
casi siempre con una aura sombría como en aquellos momentos donde un sueño
empieza a tornarse en una pesadilla.
Da vida
a siluetas que al mismo tiempo se
convierten en esculturas, le da
importancia a lo positivo y a lo negativo, al utilizar cada pedazo de papel. Además
de hacer posible la tridimensionalidad
sobre algo plano.
Se vale
del papel para crear inusuales y
singulares figuras que tratan temas como el génesis y lo efímero de la existencia.
Primero
hace un boceto, después corta dando forma a la representación con
ayuda de un escalpelo y utensilios de
dentista para resaltar los pliegues, posteriormente, para integrar la obra,
usa algo de pegamento y listo, obra maestra. Contarlo es más fácil y rápido de
lo que parece, un diseño puede tomarle
horas o días, depende de la dificultad del mismo y, por supuesto, del tamaño, pues realiza esculturas a escala
que van desde el formato A4 hasta aquellas que abarcan la dimensión de una habitación.
Callesen
transforma el papel en esculturas
lúdicas, personas, animales o motivos naturales. En su trabajo podemos ver reflejada su niñez, cuentos de hadas,
historias fantásticas y también la
tragedia de la humanidad. Materializa escenas
llenas de simbologías, da cabida a las paradojas
de las que está compuesta la vida de una forma elegante e irónica. Es por
eso que le gusta trabajar con papel
blanco, porque refleja fragilidad y
naturalidad que resaltan los temas trágicos y románticos de su obra.
Además
de asombrarnos con sus esculturas de papel, también envían un mensaje que exhortan
a la reflexión.
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