Fronteras imperceptibles
Mahatma Gandhi dijo alguna vez que “Dios no ha creado fronteras. Mi
objetivo es la amistad con el mundo entero”. Una frase ad hoc para esta época atenta de los ataques racistas de Donald Trump contra los latinos, en
especial contra México, en su búsqueda por la obtención de la Presidencia de
los Estados Unidos.
Y es que este magnate tiene como discurso recimentar un muro que separe
a ambos pueblos americanos. Fortalecer una frontera para que sea inaccesible
para cualquier migrante que busque el famoso Sueño Americano.
Del otro lado del mundo, en el continente europeo sucede lo contrario, o
por lo menos se presenta una situación donde las fronteras pareciera que no
existen y la población se puede mover por cualquier lugar sin andar cargando su
pasaporte.
El fotógrafo Valerio Vincenzo investigó que “desde la entrada en vigor
del Acuerdo de Schengen en 1995, las fronteras de una gran parte del continente
europeo se desvanecen poco a poco en paisajes imaginarios. Hoy en día, 26
países pertenecen a este espacio único: más de 16 500 kilómetros de frontera terrestre
se pueden cruzar sin control sobre un territorio de más de cuatro millones de
kilómetros cuadrados. Este es el mayor de los espacios del mundo en el que se
concede la libre circulación de personas entre Estados soberanos.”
Los resultados permitieron que concibiera la serie Borderline, Frontiers of
Peace, una colección de imágenes que proyectan en un mismo cuadro los lados que
le pertenecen a diferentes países. Izquierda y derecha son territorios
diferentes a pesar de ser el mismo paisaje.
Esta es la prueba de que no hay necesidad de colocar barreras entre las
naciones. La paz y convivencia se puede conseguir, sólo es necesario que los
gobernantes lo entiendan y dejen de lado el ego de realeza que creen que corre
por sus venas.
Para conocer más del trabajo de Valerio Vincenzo, den click aquí.
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