Texturas emocionales




Todos los seres humanos contamos con una característica que también comparten los animales: la emoción. Algunas personas son más emocionales que otras. No hay quien pueda decir que no siente nada, puesto que es una reacción que tiene el cuerpo ante diversos estímulos.



Una forma de percibir cuando alguien está emocionado es por medio de las expresiones faciales y la tensión de los músculos. Es importante destacar que las emociones se pueden dar por razones positivas y negativas, ya que normalmente se relacionan con sucesos agradables.



La emoción también puede cambiarnos de conducta con el fin de poder adaptarnos al entorno en el que nos encontramos. Nos lleva a esa unificación de objetivos con el propósito de continuar con la cadena de comportamientos que están sucediendo. De ahí puede venir el contagio de las masas, nuestro comportamiento colectivo.




Por otro lado, también existen las emociones introspectivas, donde se está feliz o se sufre, como con el nacimiento de un hijo o la pérdida de un ser querido. Sólo nosotros podemos saber lo que sentimos, sin embargo, nuestro rostro y lenguaje corporal denotan algo que es perceptible para los demás, aunque no se puede asegurar qué pasa.



Es probable que las mujeres sean más emotivas que los hombres por razones que sólo la psicología podría explicar. Los fundamentos son muy válidos por el simple hecho de que son diferentes; las necesidades y las percepciones van en caminos alternos, no en el mismo.



La artista portuguesa Cristina Troufa se ha dedicado a explorar las emociones de diversas mujeres, pero principalmente las de ella, a través de sus pinturas que retratan sus expresiones en los temas de la identidad y el yo.




Su trabajo se basa en el uso de lienzos en negativo con texturas que le sirven para pintar sus figuras, agregando líneas simples y colores suaves que permiten visualizar a sus “yo-mujeres” con la viva expresión de su cuerpo, de la cabeza a los pies.



El concepto artístico está basado en su vida y sus creencias. “Exploro en mi trabajo la autorepresentación en la búsqueda de mi yo interior, mi autorretrato”.



El escritor Richard Zimler comenta que “la profundidad emocional representa la complejidad de la expresión facialemociones complejas y sentimientos expresados por los seres humanos… muchos artistas han fracasado en su intento por representar el rostro humano en la pintura… eso lo logra Cristina Troufa con fidelidad e intensidad”.




Cada pintura requiere de un alto nivel de observación del comportamiento humano. No es nada fácil poder plasmar el miedo o la duda en un lienzo, y no sólo eso, adentrarlas en cuerpos que son diferentes entre sí.



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