Retrato de un embarazo anunciado


Cuando una pareja se entera que está esperando un bebé, la alegría les invade y quieren compartirla con sus seres queridos. Aunque las ansías se apoderen de ellos, algunos futuros padres prefieren esperar a que el retoño esté bien afianzado para poder dar la noticia y entonces celebrar a lo grande.



La espera por conocer al pequeño ser que se está gestando se satisface en el momento en que el ginecólogo realiza el primer ultrasonido. El ultrasonido temprano en el embarazo se realiza para comprobar que la implantación del embrión se ha producido correctamente y confirmar que hay embarazo, y aunque sea de escasos milímetros, son suficientes para provocar la emoción de los papás.



Saber que alguien está creciendo dentro del vientre es asombroso. Poco a poco los padres aprenden a leer esas imágenes en un monitor que les demuestra que su bebé se está desarrollando perfectamente, que tiene las medidas, peso y estructura ideal para el tiempo de gestación.


Semana a semana se va haciendo evidente el crecimiento del bebé, la futura mamá va sintiendo los movimientos, el abdomen se va a abultando cada vez más, su cuerpo va cambiando con la finalidad de prepararle más espacio al pequeño.



Algunas parejas van documentando con emoción todo el proceso, crean un álbum fotográfico con las imágenes de los ultrasonidos, y también con las fotos de la madre y el desarrollo del vientre.


Los papás se convierten en unos profesionales, y arman su estudio para hacer las mejores tomas, se ponen creativos buscando el  mejor ángulo y poses para que sus seres amados queden lo mejor retratados posibles.



El orgulloso papá y fotógrafo alemán Simon Schaffrath ha creado diversos escenarios en la barriga de su esposa Saskia Repp para registrar cada etapa del embarazo.


Simon toma una foto semanal que además requiere un proceso de maquillaje y edición digital. Una especie de body painting transforma el abdomen de Saskia en una pradera, una montaña nevada o una playa.



En cada paisaje creado, los protagonistas no sólo son la mamá y el bebé, también aparece en escena el papá. Cada postal viene firmada con el nombre del pequeño Theo, quien por cierto, si se mueve demasiado, termina dañando un poco el panorama, como una especie de temblor, y obliga al papá a rehacer el decorado.



Conozcan el trabajo de Simon Schaffrath dando click en el nombre. 

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