Disección, un derecho y un revés
Si
alguno de ustedes le tocó cursar clases de biología,
muy probablemente realizaron una práctica de disección, para lo cual tuvieron que usar una planta o el cuerpo de un animal, el más común, el de una rana, para
estudiarlos anatómicamente.
Separar los tejidos orgánicos para hacer un análisis minucioso no es algo que a todos agrade, a menos que sean
Dexter, puede resultar algo grotesco, sangriento y para muchos inhumano.
La
práctica de la disección en anatomía es uno de los recursos más antiguos de la educación médica. La enseñanza de la
medicina se ve enriquecida con el conocimiento a detalle del cuerpo humano.
A Emily Stoneking le gusta la disección,
pero no con seres reales, ella prefiere tejer
a sus víctimas por dentro y por fuera, no necesita un bisturí, sólo
requiere de aguja y estambre.
Stoneking
es una hábil tejedora de punto y ha
hecho de la disección algo amable. En su obra aKNITomy recrea los típicos proyectos de disección escolares.
Sus diseños son aptos para todo público, con ellos no tendrán que enfrentar ningún conflicto ético o visceral por
separar los tejidos de ranas, ratones e incluso tendrán la oportunidad de
conocer el interior de un alienígena.
Si
les latieron los diseños, quieren conocer más, conseguir un ser diseccionado o
hacer el propio, den click en Emily Stoneking.
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