¡Qué boca tan chistosa!
Esta no es una crítica ni mucho menos, pero cuánto llegan a tardarse las mujeres en maquillarse. Hay quienes gustan de traer la cara sin una gota de maquillaje, pero está el otro bando que carga con su kit de belleza.
El arte de "pintarse" el rostro requiere de paciencia y una habilidad extraordinaria para manejar los cosméticos, además de un pulso majestuoso para que el delineado esté rayando la perfección.
Los ojos, las cejas, los pómulos y la boca son los lienzos donde se posan los colores elegidos [se da por un hecho que deben de ir en combinación con la vestimenta]. Estos órganos vitales sufren una transformación total conforme se le aplica la presión de la pintura.
Todos conocemos a una persona que no sale de casa sin su bolsita de pinturas. Es común que después de las comidas que son fuera de casa, las mujeres vayan al tocador a retocarse, principalmente la boca, que regresa a un estado como si ningún alimento hubiera atravesado el acceso al estómago.
La boca, por lo regular, está pintada de rojo, es un color tradicional que combina con la mayoría de las tonalidades faciales, aunado a que se asocia con la sensualidad femenina.
Es tan importante el lápiz labial que hay grupos femeninos con ese nombre [bueno, generalmente escritos en inglés, o sea, lipstick], la cantante mexicana Alejandra Guzmán tiene una canción y Julias Moon tiene otra que habla de las mentiras del labial.
Por el lado visual hay varias películas y series de televisión que hacen referencia, y ni hablar de los cientos de videos que se pueden encontrar en YouTube sobre su buen uso.
Y hablando de la red, la artista del maquillaje Laura Jenkinson comparte su excelente manejo de los colores teniendo como musa nada más y nada menos que a su boca. Sus labios se convierten en la materia prima de retratos de personajes animados.
Colocarse los cosméticos no debe ser nada fácil porque lo hace en una perspectiva donde la persona que la ve de frente, mira de forma correcta la caricatura que se trazó. El personaje se convierte en un ente más que convive con Laura, que gesticula al ritmo de los movimientos faciales.
Para lograr las caracterizaciones sólo ocupa los cosméticos. Su proceso inicia con el delineado con lápiz negro de la figura que tiene en mente. El siguiente paso consta de ir agregando color, rellenando cada pieza. El toque final corre a cargo de su boca y los dientes, quienes se convierten en protagonistas. Ahora, la foto.
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