La Princesa de los Lunares


A lo largo de la línea de vida del arte hay casos extraordinarios, o no tanto, de artistas que han llegado a su clímax [algunos se mantienen ahí, otros ya no] mientras se encuentran en un estado alterado.


Las drogas de varios tipos, el alcohol o las enfermedades mentales son las que influyen en la creatividad de los genios. Su imaginación es exponencial, ya sea por la maximización de los sentidos o por inducción a mundos fantásticos creados por la mente.


Tenemos grandes ejemplos como Jim Morrison, adicto a los alucinógenos; Ernest Hemingway, adicto al alcohol y enfermo bipolar; Truman Capote, adicto al alcohol y diversas drogas; Charles Bukowski, Edgar Allan Poe y Henry Miller, adictos al alcohol, cada uno de ellos con una calidad artística innegable, pero que quizá se debía, en gran parte, al influjo de sustancias.


Las enfermedades mentales son otros catalizadores de creaciones artísticas. Las alteraciones que sufren las personas en su razonamiento y comportamiento hacen que su realidad se vea alterada, una acción pocas veces comprendida que sólo son atendidas en instituciones médicas por los tipos de tratamientos, reacciones y secuelas.


Las condiciones de vida a las que se presenta la gente que tiene padecimientos de este tipo se vuelven complicadas, ya que el mundo no está diseñado ni preparado para convivir con ellos. Las personas sanas pueden llegar a ser intolerantes o no tienen la capacidad de cuidado.


Dentro de sus disfunciones mentales, tienen un universo que sólo ellos comprenden, a veces de difícil acceso para los demás, pero que está basado en una lógica que después de ser estudiada resulta verdadera.


Llegan a ser personas con coeficientes intelectuales que están por encima de la media. Cuando deciden plasmar su mundo en alguna disciplina, los resultados son increíbles, impactan a la sociedad racional y se convierten en personajes aceptados con el plus de estar enfermos.


La artista japonesa Yayoi Kusama, conocida como La Princesa de los Lunares, padece de un desorden obsesivo compulsivo desde su infancia, aunque en realidad nadie sabe con certeza el diagnóstico.


Por ello, desde 1977, decidió internarse en un hospital psquiátrico, lugar donde ha liberado sus alucinaciones y que incrusta en diferentes disciplinas artísticas como la pintura, literatura, escultura, collage, perfomances e instalaciones.


Estas visiones le han dado una gran lucidez para lograr obras con un esplendor único. Sus doctores ven como una gran hazaña que su creatividad influye en su salud, ya que con más de 80 años de edad, su intelecto continua inquebrantable.


Los estudiosos de Kusama concluyen que gran parte de su obra es autobiográfica y están centradas en gran medida en la figura libertina de su padre y los maltratos que recibía de su mamá.


Sus trabajos tienen patrones circulares obsesivos, así como una inclinación a mostrar penes que pueden arrancar una sonrisa, sorprender a otros y unos más sentirse ofendidos o apenados por verlos en lugares inusuales.



Es tan importante su estilo artístico que es una de las figuras clave del Art Pop, teniendo una clara influencia en lo realizado por Andy Warhol. Su residencia en Nueva York le trajo grandes logros e inicio sin tapujos la variante de tener modelos e instalaciones con personas desnudas.


Su actividad no se detiene y continúa llevando sus obras a diversas partes del mundo. Es así como la ciudad de México se verá honrada con su presencia por medio de la exposición Obsesión Infinita que se presentará del 26 de septiembre del 2014 al 18 de enero del 2015 en el Museo Tamayo. Una gran oportunidad que no debe perderse.


Para conocer más sobre Yayoi Kusama, hagan click en su nombre.

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