El prejuicio irreverente
Dice la Real Academia Española en una segunda acepción que el prejuicio
es la “opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que
se conoce mal”. Cuántas veces hemos escuchado la famosa frase de “como te ven, te
tratan”. Desgraciadamente es una verdad que lastima a la sociedad y a las
personas que son prejuzgadas sin una base de conocimiento.
Y esto aplica a muchos rubros de la vida. Cuando conoces a una chica/o y
te llevan a conocer a sus papás lo primero que afloran son las ideas
preconcebidas que vienen acompañadas con tu apariencia.
Si vienes vestida con un escote, con una falda corta, con la ropa
entallada, si el cabello lo traes hecho un desastre, si usas
zapatos de tacón o tenis, si están limpios o sucios, si traes las uñas cortas o
largas. Todo esto es una pequeña muestra de lo que padecen las mujeres.
Los hombres tienen una historia similar con los agregados de traer el
cabello largo, aretes y tatuajes te hacen ver como un maleante, el rufián que
quiere llevarse y pervertir al ángel y alegría del hogar; si tiene coche o anda
en transporte público, si hablas cantadito, refinado, intelectual, fresa o
ñero, si eres blanco, negro, moreno o amarillo.
La sociedad tiende, como si fuera regla general, a criticar lo que no
conoce. Muchas historias derivan en eso tan detestable que es que “la primera
impresión es lo que cuenta”. Puede haber muchas impresiones, pero ninguna vale como conocer en
realidad a una persona, sea de la tendencia que sea, sea de la religión que
sea, sea de la posición económica que sea, sea lo que sea. Hay grandes sorpresas cuando hay una relación más estrecha. Es así como
surge el “cuando te conocí me caías mal, pero ya que lo hice, eres buena onda”.
Estados Unidos es una nación que vive de los prejuicios hacia las comunidades
latina, lésbico-gay y religiosas. A pesar de la serie de conflictos raciales
que tienen en su historia, no logran superar ese tema y es algo que la comienza
a consumir y a dividir: existen los otros y son una fuerza que empuja el
desarrollo de su nación.
El fotógrafo Joel Parés es un excelente narrador visual, ya que a través
de su colección Judging America logra plasmar los sentimientos de una nación
que se dice rectora de los valores y principios mundiales, pero que están encubiertos por un conjunto de prejuicios hacia los demás.
La falta de aceptación la lleva cada vez más a conflictos internos entre
quienes no tienen ningún problema por convivir y aceptar que otros pueden
obtener un trabajo y quienes siguen pensando que los indigentes, inmigrantes,
veteranos de guerra, la comunidad negra, las personas de medio oriente o los
asiáticos son los malos de la historia [Jack Bauer de 24 siempre combatía contra ellos].
Parés juega con el humor negro, la ridiculización y la proyección de
imágenes terroríficas para la sociedad puritana de los Estados Unidos al plasmar
un juego irreverente de doble cara, de doble profesión, de un anonimato que es
más enriquecedor, pero que sin embargo, al no conocer a la persona, se pensaría
que trata de apoderarse de algo que no es suyo.
Para conocer más del trabajo de Joel Parés, den click en su nombre.
Comentarios
Publicar un comentario