Donde hubo fuego arte queda


Frases como “el que juega con fuego siempre termina quemado”, refiriéndose a aquel que se arriesga constantemente puede sufrir alguna decepción, salir lastimado de alguna situación; “donde hubo fuego cenizas quedan”, que denota que siempre quedan huellas de los amores apasionados, quedando la posibilidad de una reconciliación, si no en las dos personas que establecieron una relación de pareja, por lo menos en una que aloja la esperanza de una segunda oportunidad. La conocida expresión de “la prueba de fuego”, ese último intento crucial, hacer el máximo esfuerzo que resulte el decisivo para alcanzar el éxito.





Las frases anteriores hacen referencia al fuego como una metáfora, un elemento clave en la toma de decisiones, bien puede extinguirse o con un poco de ayuda volver a encenderse. Como la leyenda del Ave Fénix que cuenta que renace de sus propias cenizas. Es un símbolo universal de la muerte generada por el fuego, la resurrección, la inmortalidad y el sol.





El fuego, uno de los cuatro elementos de la naturaleza, es tan peligroso como necesario. No por nada es uno de los mayores alcances logrados por la humanidad, que contribuyó al proceso evolutivo que hizo al hombre pensar y actuar de forma diferente en la búsqueda de metas superiores a las existentes.




En Rusia hay alguien que le gusta arriesgarse y jugar con fuego, no se quema, por el contrario, de una pequeña flama y de las cenizas hace que resurjan increíbles formas. El fotógrafo Stanislav Aristov, conocido como Pol Tergejst, tiene como principal afición manipular y captar el proceso de extinción de los cerillos y el humo que producen, es así como logra diversas figuras de insectos, formas geométricas, plantas, instrumentos.





El fósforo que podría ser un artículo tan común, Pol Tergejst, le da otro sentido y un nuevo uso a algo que parecía consumido, mostrando su potencial artístico. Utiliza cerillos quemados y agrega uno que otro encendido para decorarlo e integrar estéticas figuras.




Pol Tergejst dobla estos elementos para obtener la forma deseada al momento de prenderle fuego, después utiliza un lente macro y flash para captar el fuego y el humo. Por último, retoca las imágenes en Photoshop para detallar las siluetas.





Este proyecto se le ocurrió a Pol Tergejst de manera accidentada. Todo inicio después de haber entrado a participar en un concurso de fotografía en su país, quería captar algo que realmente impactara, pero nada le surgía. Mientras pensaba en algo original, encendió un fósforo, como si se le hubiera prendido el foco, y de repente comenzó a notar los patrones que formaba el humo en la madera, de esta manera nació el arte.




"Estaba jugando con una caja de fósforos, mientras decidía qué fotografiar. Mientras estaba mirando las cerillas, empecé a pensar en cómo ellas representaban la vida. La parte quemada representa el pasado, el humo, los recuerdos pasados y la parte intacta de la cerilla, el futuro... Creo que lo más gracioso es que yo ni siquiera fumo”.





Si quieren conocer más del trabajo de Stanislav Aristov, sólo den click sobre el nombre y apellido.




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