El sueño de una pareja embarazada
Uno de los placeres más grandes que tenemos los seres humanos es el dormir, conciliar el sueño para descansar y reponer energías para el día siguiente. Lo natural es que siempre sea de noche, aunque existen personas que en cualquier momento y a cualquier hora pueden caer rendidos ante Morfeo.
Es necesario dormir las horas adecuadas para que la vigilia del siguiente día sea provechosa, sin sentir el cuerpo cansado y la necesidad de entrar en un sueño profundo por falta de mayores horas de reposo.
Como función
vital del cuerpo humano, es una necesidad fisiológica que ninguna persona puede dejar que pase. El organismo lo demanda y es necesario hacer caso de estas
llamadas. No se sabe de alguien que haya durado más de cinco días despierto sin
haber caído enfermo en estado de gravedad. De hecho, hay casos de tortura documentados que se basan en la privación del sueño para obtener información.
No todo es
placentero con relación al sueño. Existen individuos que padecen enfermedades
que privan del descanso. La más conocida es el insomnio, la dificultad de
conciliar el sueño, y también existen otras como la narcolepsia, sueños
involuntarios, y la apnea, dejar de respirar durante el sueño.
Son tan
graves estos problemas, que desde hace tiempo se han creado clínicas
especializadas en el sueño, donde también se incluyen terapias para controlar o
aliviar los ronquidos. Esto se ha llegado a considerar como un problema social,
porque afecta el rendimiento durante el día, provocando distracciones
laborales, académicas, accidentes, incluso, hasta separaciones de parejas.
Y existe un
grupo que aunque deseara ir con el médico, por lo menos durante varios meses,
no podría controlar los efectos del sueño, ya que primero duermen mucho y
después sufren para conciliarlo. Nos referimos a las embarazadas.
En los
primeros meses, el cuerpo, al sentir que comienzan a darse cambios físicos y
fisiológicos, entra en una etapa de adaptación, ya que la mayoría de los
músculos comienzan a crecer y a ensancharse, lo que produce un agotamiento
normal hasta ese momento. Por ello, el sueño es un síntoma natural al inicio.
Los problemas -si así se le pueden llamar- comienzan con la edad avanzada del bebé en el
vientre. Ambos van creciendo -para muchas, de forma alarmante- debido a la
formación de la placenta y la mayor irrigación de la sangre.
Quizá la
razón principal por la cual a las madres les cuesta conciliar el sueño es el
crecimiento del feto. ¿Por qué? Porque no hay una posición en la cama donde se sientan
cómodas.
Si su forma
de dormir era boca abajo, boca arriba o de lado, ahora será un suplicio hacerlo
-no a todas las mujeres les sucede, pero por lo general así ocurre-. Además, la
dificultad de moverse en la cama de una posición a otra será mayor conforme se
llegue a la etapa final. Los especialistas recomiendan que desde el inicio de
la gestación se duerma de lado con las piernas flexionadas para facilitar el
trabajo del corazón.
El estar dormido
representa la etapa del día en donde todos nos encontramos más vulnerables. No
estamos conscientes de lo qué pasa a nuestro alrededor -ni hablar de los que
duermen profundamente-, si existiera algún peligro, no tendríamos manera de
estar alerta. Por eso mismo, y en contraposición, mostramos nuestro lado más
inocente y natural.
Tomando en
cuenta estos elementos, la fotógrafa rusa Jana Romanova creó la serie de
imágenes llamada Waiting en la que se pasa varias noches en vela para poder
capturar cuadros de parejas mientras duermen, estando la mujer embarazada.
Para lograr
esto, recorrió las habitaciones de sus amigos que se encontraban en situación
de embarazo alrededor de Rusia y esperaba la hora cerca del amanecer para
subirse a una escalera con su cámara en mano y captar las diferentes posiciones
que cada pareja adopta.
Como se puede
apreciar, en algunas de las imágenes, ella o él, tienen las manos en el
vientre, como un acto involuntario -¿o voluntario?- de proteger al bebé en el momento en que la inconsciencia
se ha apoderado del terreno de la recámara.
A Romanova le llegó la inspiración cuando ayudaba a remodelar la casa de sus amigos
que esperaban un bebé. Al final de la jornada de trabajo, vio que la escalera
se encontraba a un lado de la cama donde descansaban los futuros padres, así
que decidió tomar su cámara, subirse y captar la fotografía, sólo como un
recuerdo de esa experiencia. Más adelante decidió que eso sería un buen
proyecto basado en el tiempo que pasaba con sus amigos.
Jana comenta
que la sesión de fotos duraba cerca de diez minutos. Algunos no se percataban
de lo que sucedía, pero otros sí se despertaron y ya no volvieron a conciliar
el sueño, al saber que su amiga estaba viéndolos desde las alturas. Concluye que
le fascinó la confianza de la gente al permitirle quedarse en su casa y dejar
que los fotografíe en ese momento íntimo.
Si quieren conocer más sobre Jana Romanova, den
click en su nombre.
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