Por partes iguales
Si volteamos y miramos hacia arriba, para abajo, a la derecha o a la
izquierda siempre habrá un objetivo que ver, algo que se muestra ante nuestros
ojos, una presencia, aunque sea etérea.
La mirada de cada ser escudriña de diferentes formas lo palpable y lo
sutil. Cada reflejo proyectado al interior del cráneo es una interpretación
pura, única de la realidad que nos rodea.
La construcción de significados y significantes permite el otorgamiento
de una carga de sensaciones y percepciones del horizonte que vislumbramos de
día o de noche, cada uno con su respectiva peculiaridad.
Gran parte de la vida, o la vida misma, está construida con elementos
simétricos, por partes iguales en el escenario donde fueron postrados,
construidos con un fin específico.
La simetría es un bien común de la humanidad. Lo que hay en un lado se
encuentra en el contiguo, hablando de una sola evocación física, material que
permite que sea dividida en dos partes.
En la calle, la urbanidad nos entrega excelentes escenarios para
corroborar que la simetría está en todas partes, que sólo basta con detenerse a ver con minuciosidad el contexto para realizar una fragmentación
de edificios, avenidas, incluso la naturaleza misma.
El fotógrafo húngaro Zsolt Hlinka es un curador de la cotidianidad de la
metrópolis; un recolector de imágenes de las ciudades que se exhiben simétricas
en su contemplación de los días, del recorrido solar y lunar.
Con un bagaje de gran observador, se propuso recorrer la orilla del río
Danubio para fotografiar la arquitectura de los edificios que albergan los bancos
para presentar cómo las líneas verticales y horizontales, así como ventanas
y puertas, guardan una perfecta similitud entre su lado derecho e izquierdo, dando
vida a la colección Urban Symmetry.
Cada uno de los edificios fue sacado de su contexto, eliminando el cielo
y las construcciones para mostrarlo en una visión limpia que altera
el código informativo.
Comentarios
Publicar un comentario