Los dispositivos rigen tu vida
Estamos en una era donde se ha perdido el control de independencia
humana, donde se necesita la tecnología para sobrevivir, ser aceptado y formar
parte de un clan, de una horda.
Los círculos de habitantes citadinos y monótonos de las metrópolis son
una masa que siempre tiene la cabeza agachada en la búsqueda constante de un
tintineo y la aparición de una notificación que le permita ser parte de lo social, de un grupo de amigos virtuales.
Las computadoras, tabletas y teléfonos inteligentes son los nuevos amos
del mundo, los gobernantes que tienen la habilidad de contar con el cien por
ciento de la atención de sus súbditos. Con sólo apretar el botón de encender,
cada uno se vuelve en esclavo de los 1 y 0.
La mayor causa de accidentes viales se da por estar utilizando el
teléfono celular; hablar o textear se ha convertido en una nueva forma de
morir, o por lo menos de accidentarse. Quizá es valorable: no se ve a la muerte
de frente… la coladera abierta o el auto venir.
Las relaciones sociales ya son diferentes, ahora la comunicación entre
dos o más personas se da por Whatsapp, Facebook, Instagram y demás redes sociales. Lo más irrisorio:
se mandan mensajes de voz por mensaje en lugar de tomar el teléfono y llamar.
Es una forma más de platicar.
La artista visual Erin Pollock está consciente de esta transición en las
relaciones personales basadas en la tecnología, por ello crear la serie de
pinturas Devices como una critica social a las personas que viven
pegadas a los dispositivos móviles.
Las obras “están basadas en fotografías de personas reales que ven sus
teléfonos celulares.” A cada personaje que aparece a cuadro se le ha quitado el
dispositivo, así que podemos ver una mano vacía, una mirada atenta donde hay
nada y un resplandor que ilumina la cara con rictus de soledad.
La dependencia a la tecnología no es algo benéfico; sólo hay que
recordar que nosotros debemos de controlarla, no ella a nosotros.
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