¿Qué crees que ves?
La confusión visual es un hecho inherente en el andar por la vida. Hay
ocasiones que creemos que vemos algo, pero cuando nos acercamos u observamos
con detenimiento nos damos cuenta que no era la imagen que creíamos, ¿les ha
pasado?
El clásico ejemplo es el de los oasis en lugares desérticos: ver agua
donde no la hay. En la carretera pasa algo muy similar con los espejismos que
provoca la luz del Sol al rebotar en la carretera.
Esto sucede porque el cerebro sólo se puede concentrar en una imagen,
además de que nos engaña con lo que queremos que sea. Cuando vemos dos imágenes
en una, la concentración se torna difícil porque no sabemos a cuál le damos
prioridad, si es que llegamos a ver las dos imágenes.
Este fenómeno es conocido como ilusión óptica y se da de diferentes
maneras: espejismos, hologramas, irradiación, ilusión de la cuadrícula y
estereograma.
Aunque no sólo sucede por la confusión del cerebro, también influye el
hecho de tener algún padecimiento en el ojo como el daltonismo, astigmatismo,
falta de agudeza visual y las alteraciones del campo visual que se mide con la
campimetría.
Los psicólogos y psiquiatras utilizan esas tarjetas en blanco y negro
donde preguntan qué es lo que ves. La interpretación de los pacientes suele ser
variada. Una de las imágenes más famosas que juega con la ilusión óptica es el
Jarrón de Rubin donde hay dos imágenes en una: dos personas de perfil frente a
frente o una copa.
En Canadá hay una persona que no tiene nada que ver con la Psicología de
la Gestalt, pero que maneja la extensión de la ilusión óptica a la perfección.
Su nombre es Rob Gonsalves y es un mago de las pinturas surreales.
Sus cuadros contienen elementos de su imaginación y fantasía encerrados
en una sola imagen que al verse con detenimiento podemos ver que detrás hay
otra acción que se suscita y que retoma los trazos de lo primero que vimos.
El manejo de la profundidad y la perspectiva permiten que el ojo humano
sea engañado, sin embargo una vez que encontramos el segundo mensaje nos
maravillamos más de su capacidad interpretativa con el pincel.
La magia que desprende cada lienzo ensalza la ilusión de la posibilidad
de que existieran las dos pinturas por separado, aunque la belleza que encierra
su obra hace creer que lo imposible es posible.
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