Tarjetas con la puritita verdad

Tu cara es la razón por la que lloran los bebés, bastardo.

En los ochentas y noventas, cuando estabas enamorado de tu compañerita[o] de la primaria o secundaria y no te atrevías a acercarte para demostrárselo, ocupabas el envío de la clásica tarjeta o cartita donde le revelabas ese sentimiento.

Las rosas son rojas, las violetas son azules... ahora no son así. Cago sobre tu jardín. Cada una es café como la caca.

Hurra!! Eres la más grande zorra.

Las tarjetas que pululaban en los estantes de los centros comerciales y supermercados eran las de Hallmark [diseños más serios y propios, como el canal de televisión], pero preferías las más alocadas de los Burundis, esos personajes coloridos tipo el Capitán Cavernícola.

Hazme un té, perra!

Si tu imaginación estaba corta o tu vocabulario no nada para más, incluso si pensabas que lo que saliera de tu corazón era muy cursi, optabas por los mensajes escritos de estas tarjetas, al final, si te decían algo, los ñoños eran ellos, no tú.

Lo siento está tarjeta es una mierda... pero también lo es tu cara. (P.D. tampoco te compré un regalo, zorra).

Vete a la chingada, puto de mierda

Cada mensaje emulaba los sentimientos más sanos e inocentes que una persona le puede demostrar al otro; los Burundis eran más socarrones, por eso gustaban. Cada línea, cada palabra se permeaba de un halo de esperanza renovadora, de buena onda, de cálidez, de buenas vibras.

¿Los perros te huelen la cara porque hablas pura mierda? Lameculos

En pleno siglo XXI esas tarjetas han desaparecido casi por completo, fueron sustituidas por la era digital, por el lenguaje de los 1’s y 0’s. Los deseos se han vuelto digitales y se postean en Facebook e Instagram, se mandan por Whats o se tuitean, porque ya ni por correo electrónico se mandan.

Soy chingonamente glorioso, ¡pedazo de mierda!

Ninguno de tus sueños se hará realidad

En un mundo donde también existen los Grinch, hace falta que alguien invente lo contrario, tarjetas con mensajes que tienen un positivismo inverso, que digan lo que la gente quiere decir en realidad, porque quizá no siempre le deseas lo mejor al prójimo, es posible que no querías regalarle algo, pero lo hiciste por compromiso.

No estoy orgulloso de ti, nadie lo está.

Never Stay Dead [NSD] es el alias con el que se hace llamar el artista Phil Wall y es él quien puede convertirse en el salvador de muchos contreras, irónicos, mala onda y sincerones que no les preocupa en que dirán.

Sí, te ves gordo

Te voy a golpear en la garganta

De manera digital, crea una serie de postales con dibujos de personajes agradables a la vista: gatitos, unicornios, pandas, ballenas, cocodrilos, fantasmas, ranas, tortugas, como sacados de los salones del kínder y de la mente brillante de los pequeños.

Espero que las arañas pongan huevecillos en tu boca mientras duermes

La realidad es que no es así, cada uno de estos animalitos tiene un mensaje bastante sincero, sin nada de emotividad, pero si con mucha contundencia. Sus palabras no buscan hacer sentir bien a alguien, sino le muestran una realidad que nadie quiere tocar.

Eres un puto viejo

A veces me siento mal, entonces veo tu Facebook y pienso; 'al menos no estoy jodidamente triste, güey'.

El humor negro de Never Stay Dead está a flor de piel, así que si quieren reírse de lo que ustedes no le pueden decir al festejado, den click en su alias.

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