La paternidad incondicional
Para Dani
#PelusitaRules
El nacimiento de un hijo es el acontecimiento más grande que pueda tener
el ser humano. Ni que tu equipo favorito salga campeón, ni que te ganes la
lotería ni mucho menos que la o el modelo más famoso te haga caso. Es esa
pequeña bolita de carne y hueso que hace que cimbres de por vida.
Dicen [pero sólo dicen porque no está confirmado] que los niños se
parecen a las mamás y que las niñas se parecen a los papás; ustedes podrán
constatarlo a su alrededor o gracias a las comparaciones de la familia y parece
que esto es verdad.
Lo que también es un hecho es que las conexiones entre ellos son muy
fuertes. Los varones toman de confidente a la mamá y las mujeres al papá, sin
embargo nos atreveríamos a decir que la segunda es aún más fuerte que la
primera.
El papá es capaz de cambiar su vida entera, esa que le llevó años y años
cimentar, en un abrir y cerrar de ojos por su hija. Toda su vida se la pasó
cuidando sus tesoros más preciados, pero si la pequeña los quiere se los da sin
ninguna reserva: libros, discos, películas, objetos de colección, a sabiendas
de que pueden terminar en pedacitos.
Si no sabe cocinar, de una u otra forma aprenderá a hacer el platillo
favorito de su retoño; si no conoce temas de mujeres, se instruirá para tratar
de guiarla lo mejor posible; si le daban asco las cacas, los mocos y los
vómitos, al estar con ella perderán su olor y convivirá con estos aromas.
Los papás pueden dejar de lado todo para estar con su pequeña, y todo es
todo, pues desean disfrutar cada momento que se vuelve irrepetible, la madurez
de la bebé se hace presente y no se quiere perder un solo cambio en su
comportamiento.
La protección es un fenómeno que se vuelve más fuerte en el momento que
la ve por primera vez. Ese instinto que lleva a realizar acciones inimaginables
por otra persona, que es nada menos que tu propia sangre. Lo que menos desea es
que algo le suceda, antes se pondría él para evitar que sufra algún dolor, aunque
muchas veces eso es imposible.
La artista ucraniana Snezhana Soosh, a pesar de la ausencia de su padre,
imagina el instinto paternal y lo traduce en una serie de ilustraciones que
ejemplican la relación incondicional entre padre e hija.
Las imágenes llegan a lo más profundo porque muchos podrán verse
identificados en la capacidad de los padres de adaptarse a las necesidades,
juegos y enseñanzas que otorgan las hijas cada día que pasa; sentimientos que
son trastocados por el simple hecho del amor.
Para ver más de la obra de Soosh, den click en el apellido.
*[Aclaramos que esto no significa que las madres y los hijos no lo experimentan igual, pero hoy tocó el turno a uno de los lazos más increíbles y mágicos que hay en la vida.]
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