Aventuras de objetos cotidianos
No
sólo las personas tenemos la necesidad
de comunicarnos e interactuar con nuestros semejantes, los animales lo hacen y también los objetos, sí, leyeron bien. Por
lo menos eso sucede en las ilustraciones que ahora les compartimos.
Aunque
suene descabellado, es divertido
imaginar lo que pensarían o dirían los objetos si pudieran hacerlo, algo
así como los juguetes de Toy Story. En
realidad no sabemos si se comuniquen
durante nuestra ausencia, qué mundo
mágico se hará presente mientras ponemos nuestra atención en otros asuntos.
De
niños jugábamos con muñecos a los que
hacíamos interactuar, les poníamos nombre, los vestíamos y dotábamos de
accesorios dependiendo del juego. Les otorgábamos funciones o roles a desempeñar, además de darles una voz personalizada, claro, nosotros
hacíamos todas las voces, y así podíamos inventar
muchas historias usando a los juguetes como protagonistas. Muchas veces jugábamos
solos sin la compañía de un amiguito, pero nos bastaba con tener a nuestros
amigos plásticos.
Así
como las personas pasamos por situaciones
vergonzosas, chuscas, divertidas, aburridas, desagradables. Momentos en los
que necesitamos ser comprendidos, auxiliados por habernos metido en problemas,
seguramente los objetos pasarán por lo
mismo.
Las
funciones para las que algunas cosas fueron hechas seguro tienen su complejidad
y por ahí debe haber uno que otro trabajo que no les guste realizar.
Imaginen
que los objetos cotidianos pudieran
comunicarse, qué creen que se dirían. ¿El agua y el aceite, efectivamente
no se mezclaran, o si aplican lo de juntos pero no revueltos? ¿Un grano de maíz
tomará precauciones para asolearse por miedo a convertirse en palomita?
Las
anteriores y otras cuantas historias son
ilustradas por el director de arte e ilustrador tunecino Salim Zerrouki, conocido
como Ta7richa. Graciosas postales en
las que coloca a los objetos en
situaciones divertidas y también bochornosas.
participo ,
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