El que espera… ¿obtiene su recompensa?


Existe una expresión que seguramente muchos hemos empleado en más de una ocasión, o la hemos vivido: “El que espera desespera…”, aunque su complemento suena bastante alentador y contiene una carga positiva:”…pero obtiene su recompensa”.



¿Qué implica esperar? La esperanza de conseguir lo que se desea, creer que algo va a suceder, permanecer en un sitio aguardando a que alguien llegue, o donde deseamos ocurra algo, parar de hacer alguna actividad hasta que algo acontezca.




Esperar una llamada,  a un amigo, pareja, familiar, esperar los resultados de un examen, un regalo, estar formado en la fila para acceder a un lugar, o para comprar algo, esperar a que la luz del semáforo cambie a verde y podamos continuar nuestro camino. Aguantar a que pase la lluvia, a que el ciclo de la lavadora termine y sacar la ropa, si lo pensamos muchas de las actividades que realizamos implican cierto grado de… espera.



La espera puede ser una prueba a nuestra resistencia y conlleva un proceso, quien la experimenta pasa por varias etapas antes de llegar al estado de impaciencia.




Una especie de autocontrol, en la que tratamos de tranquilizarnos, relajarnos y repetirnos que aún es buen tiempo, que todavía no se cumple la hora pactada, eso nos da algo de tranquilidad. La siguiente fase es cuando ha llegado el período acordado y no ocurre nada, es cuando tal vez se comience a advertir un poco de molestia. Cuando transcurren unos minutos más y seguimos en lo mismo llega la etapa de irritabilidad, pero también de duda, pues nos preguntamos si ésa era la hora establecida, o de angustia pensando si le habrá pasado algo a quien esperamos o ese artículo que ansiamos llegue no fue enviado correctamente.



Muchas son la situaciones y diverso el tiempo para que aparezca la desesperación. Existen opciones para pasar el rato y que la espera sea más llevadera. Como leer, dar un pequeño paseo por la zona en la que aguardamos, por supuesto las innovaciones y nuevas aplicaciones de los teléfonos móviles hacen más liviana esta prueba de tenacidad.




Tal vez los hombres y las mujeres experimentemos esta “virtud” de diferentes maneras. En esta ocasión nos enfocaremos a la situación de los varones, quienes se han enfrentado al reto de acompañar a su pareja, mamá, hermana, amiga, hija, y permanecer en una tienda donde sólo venden artículos para ellas, ¿saben de lo que les estamos hablando?



En Instagram se ha abierto una cuenta en donde se comparten imágenes de hombres que esperan ¿pacientemente? a su esposa, novia, familiar, mientras ellas se prueban ropa, zapatos, accesorios, o buscan artículos para el hogar o para los hijos.




A este espacio le han nombrado Miserable Men, y aloja fotografías que muestran a caballeros de diferentes países y edades, recargados afuera de las tiendas departamentales, sentados en el sitio más cómodo que encontraron o habilitando una zona como asiento e incluso como cama, para posarse mientras las damas se divierten.



Como vemos la espera no es nada agradable,  los hombres se ven aburridos, fatigados, fastidiados, pero eso sí cargando y resguardando las bolsas del shopping. Hay quienes parecen haber formado un club donde todos son socios del mismo padecer.




¿Para ellos aplicará el refrán? ¿Obtendrán recompensa por haber esperado? Probablemente no consigan algo material, pero sí la felicidad y el buen humor de ellas, y entonces adoptarán la frase: “La espera es el mejor tiempo perdido”.



Si quieren ver más imágenes de caballeros en espera entren a Miserable Men



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