La transformación de los muñecos
Con el nacimiento de un bebé [o en su gestación] vienen los primeros regalos. Cuando los familiares y amigos se enteran que viene en camino un pequeñito el primer instinto se dirige a regalarle algo. Los muñecos de peluche son los objetos por excelencia para incluirse en la felicidad de esta nueva criatura. Pareciera [no lo sabemos a ciencia cierta] que su objetivo es convertirse en fiel e incondicional acompañante de los pequeños [algunos grandes los siguen teniendo]. El peluche representa la amistad y el cariño del donante, pero también adquiere la personalidad de confidente, paño de lágrimas, acompañante de viajes y aventuras y, por supuesto, en protector para esas noches donde se cree que de la inmensidad de la oscuridad saldrá un ente que espantará el sueño y al niño. Es indudable que el muñeco recibirá un nombre , ya sea el original porque proviene de una caricatura, un cómic o un libro, o será rebautizado por una característica física. Los que