El color de la sátira
En la
actualidad, las sociedades de gran parte del mundo están más informadas que en
décadas anteriores. Los medios de comunicación y el acceso a internet han
permitido abrir una brecha informativa que ponen al alcance los sucesos del acontecer mundial.
Hoy
en día podemos enterarnos casi en tiempo real de lo que pasa al otro lado del
mundo. Somos testigos presenciales de los resultados electorales en los
comicios que se celebran del otro lado del planeta, de los affairs de los
gobernantes y legisladores que se encuentran a miles de kilómetros, del futbol de las ligas europeas y sudamericanas y un sinfín de
eventos.
Los
canales informativos juegan un papel importante en la formación y consolidación
de los bloques sociales. Existen los que caminan en la línea de líderes de
opinión, sabedores de que cuentan con un nicho importante de seguidores que
tomará cada una de sus palabras como la verdad absoluta.
También
podemos encontrar a otro grupo que podría sonar muy similar, pero que hace la
diferencia en lo que a criterio se refiere: los formadores de opinión. Su misión
principal radica en presentar los hechos como sucedieron; ponen los
acontecimientos sobre la mesa para que el lector, televidente o radioescucha
tome lo que considere pertinente y forje su propia opinión.
Desgraciadamente
gran parte de la ciudadanía opta por la información desglosada y procesada por
alguien más, sin buscar e investigar cómo suceden los hechos, sus antecedentes,
desarrollo y probables consecuencias.
La
oligarquía es el camino libre para que unos pocos acumulen ganancias
exorbitantes a través de la explotación de un bien o de un grupo de personas.
Ellos hacen que el sueño de la justa distribución de la riqueza se convierta en
pesadilla para millones de personas.
La libertad
de expresión es uno de los derechos humanos por los cuales se ha luchado y del
que todos debemos de estar agradecidos. Expresar necesidades, peticiones y
demandas era algo impensable en el pasado, ahora es una práctica común que ya
no es penalizada.
Ante
las injusticias y los actos que nos pueden dejar pasmados de incredulidad se
podría aplicar la frase de “ya no sé si llorar o reírme”. Una sentencia que nos
deja impotentes ante lo que sucede a nuestro alrededor, situaciones que están
fuera de control y que no podemos dominar.
En este
punto hay quienes prefieren hacer mofa de las desgracias, pero sin dejar de
enviar un mensaje de conciencia social, política y económica. El ilustrador
polaco Pawel Kuczynski tomó este camino a partir del 2004 a través de sus
ilustraciones llenas de sátira ante un mundo que parece tiene un mal
funcionamiento para la mayoría.
Es reconocido
por ser uno de los mejores caricaturistas del mundo por la relevancia de los
contenidos de sus placas gráficas; ganador de más de cien premios y
distinciones, lo que lo coloca en la cima de la denuncia visual.
Las corrientes
ideológicas, el capitalismo y las redes sociales se hacen presentes en sus
ilustraciones. La crítica que hace de Facebook es mordaz, al colocarlo como uno
de los mayores espías de la vida privada de las personas que dejan su intimidad
al descubierto.
La explotación
de la clase trabajadora por parte de los magnates y /o gobernadores,
estereotipados por su vestimenta y las riquezas de las que se rodean, son
imágenes cotidianas que Kuczynski plasma con base en lo que ve en cualquier
momento.
El
lápiz, la acuarela y la pintura son sus medios de expresión que están
conformados por trazos sencillos que permiten la permanencia en la memoria,
porque son atemporales. Su
universalidad es sorprendente porque son aplicables para gran parte del mundo.
Desde
su trinchera intenta plantar una semilla en aquellos que tienen contacto con su
obra, darle información para que haga conciencia sobre una problemática mundial
que requiere de atención. Su aportación es tan valiosa como una nota informativa,
la columna del más prestigiado analista o el reportaje más concienzudo.
La
forma en que plasma la condición humana de opresor y oprimido, de conformista a
luchador es notable. La identificación de elementos que nos son familiares a lo
que vemos día a día.
Comentarios
Publicar un comentario