Apetitosas esculturas
Existe
una frase que dice “el amor entra por el
estómago”, será ¿mito o realidad? Por lo regular este dicho popular es
aplicado para la conquista del ser amado, pues hay quienes consideran que un
delicioso banquete de comida puede atraer hasta la persona más difícil de
enamorar. Habrá quien prefiera aquel que dicta “el amor entra por los ojos” o, lo que es lo mismo, “de la vista nace el amor”. Este artículo no va dedicado a cuestiones del
amor, pero sí a lo que a la vista, el estómago y la comida conciernen.
Cuando
tenemos frente a nosotros un platillo presentado
de manera atractiva, casi inmediatamente logra conquistarnos y nos abre
el apetito. No hay quien se resista a disfrutar de un suculento manjar, por
más sencillo que éste sea.
El
artista israelí, originario de Tel
Aviv, Shay Aaron es un experto en
preparar exquisitos alimentos, sólo que existe un pequeño detalle, los ha reducido, y en realidad no utiliza ingredientes
comestibles, pero eso sí, la comida que hace se ve bastante apetitosa.
Aaron
esculpe deliciosas miniaturas de comida.
En su país natal trabaja como maestro de artesanías y comenzó la creación de
pequeñas esculturas desde su juventud.
Su
inspiración por esculpir comida a
pequeña escala proviene de su afición
por observar a su madre cocinar y por ver
revistas de cocina.
La
receta secreta de Aaron, para
cocinar las minidelicias culinarias, tiene como ingredientes principales la arcilla
polimérica y la pintura, además agrega una pizca de metales, resina, papel y cerámica que le dan el toque a los platillos dándoles
la apariencia de recién haber salido del
horno.
El
manejo del tamaño, la combinación de los colores, los efectos logrados en las texturas, los obtiene con la ayuda de cepillos,
manteles y papel. De ahí que el acabado sea una copia fiel de los diversos
platillos gastronómicos que presenta.
Las
pequeñas esculturas están hechas a una escala 1:12, es decir, la doceava de lo que sería el tamaño real.
Cada pieza es elaborada a mano, por
lo tanto es una obra de arte auténtica y
exclusiva.
El
tamaño de las esculturas no le resta credibilidad a los manjares,
si sólo viéramos la imagen
sin saber que se trata de un trabajo escultórico, hecho con materiales y no con
alimentos, seguro quisiéramos probarlos.
El
realismo es tal que hasta hay piezas,
como los postres, que parece se les derrama el jarabe, o un trozo de pay se
deshace al partirlo, en otros platillos se ve cómo se derrite el queso, las
berenjenas aún se ven humeantes.
Entre
su extenso menú de esculturas de
comida, Shay Aaron ha cocinado: filetes,
hamburguesas, empanadas, huevos, pasteles y panes, frutas y verduras, pizzas,
carnes, pollo, pescados y mariscos. Carta que cualquier restaurante gourmet
quisiera tener.
La obra de Shay Aaron
está disponible
también en accesorios para casitas de
muñecas y en joyería como anillos, pulseras, dijes, pendientes.
No se les haga extraño cuando alguien porte una pulsera de brownies, unos
aretes de salmón, o anillos de coliflor.
Si se les antojaron las mini esculturas de
comida de Shay Aaron, den click sobre
su nombre para conocer más de su amplio menú. También pueden consultar: www.facebook.com/ShayAaronMiniatures
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