Banksy en movimiento
Por varias
partes del mundo han aparecido, aparecen y seguirán apareciendo grafitis con
estilo peculiar e inigualable. Parecen calcomanías que fueron pegadas en los
muros de edificios habitados, abandonados, paredes y lugares donde a los
turistas les hubiera gustado tomarse una foto porque no había pintas.
El
responsable de lo que muchos consideran actos vandálicos es obra del británico
Banksy. Considerado como el artista callejero más emblemático de todos los
tiempos, se ha dedicado a viajar por diversas ciudades del mundo para decorar
el espacio urbano, muy a su estilo.
Influenciado
por 3D, grafitero descomunal y fundador del grupo de trip hop Massive Attack,
se ha mantenido fiel a una de las características del movimiento, el anonimato.
Su clandestinidad le permite desarrollar aún más el mito de quién es este
artista. Pocos conocen su rostro, y todo parece indicar que sólo ha otorgado
una entrevista cara a cara a un reportero, quien lo describió como un tipo de
alrededor de los 33 años con un diente de plata, un anillo de plata y un arete de plata.
Sus temas son
variados, aunque predominan los conceptos políticos y sociales, teniendo como
amplios referentes a las ratas, los soldados y la policía. México no se ha librado
de servir como óleo, pues en el 2001 viajó a Chiapas con su equipo de futbol de
Bristol, Inglaterra, donde era el portero, para jugar un partido contra los
Luchadores por la Libertad Zapatista. La ocasión se prestó para que pintara una
pared que ilustraba la lucha por la independencia del movimiento liderado por el
sub comandante Marcos.
La técnica
del esténcil es su principal arma para plasmar la idea que está en su mente, lucidez que le viene en el momento que sólo necesita de materiales
básicos para instalarse en un lugar público. A sus trazos les
agrega algún elemento de la cultura digital, ya que muchos textos y figuras
remiten a una impresión de pantalla en el monitor. Ha declarado
que no es un grafitero tradicional porque es muy lento para trabajar con los
aerosoles. Por este motivo, decidió acortar el tiempo creando sus plantillas
a las que les puede agregar color.
Los expertos
y críticos de arte lo han calificado de vándalo, minimizando su trabajo y a sus
seguidores al comentar que su público no necesita ningún conocimiento de arte
para apreciar sus creaciones. Para ellos, el arte callejero no debe ser glorificado, pues una
gran parte de la sociedad no comulga con su ideología ni su ironía.
El fenómeno
Banksy ha llegado a todos los rincones, convirtiendo un arte clandestino en un
boom artístico que las galerías desean tener dentro de sus instalaciones.
Gracias a su agente, ha logrado tener diversas muestras que lo posicionan como
uno de los artistas más requeridos en la actualidad.
Sus
seguidores buscan tener la gran suerte de encontrar una obra en alguna calle
para poder apreciarla y conservarla. Su trabajo ya es considerado de culto, a tal grado que Christina Aguilera compró un original de la reina Victoria
como lesbiana en 25 mil libras esterlinas, y la casa de subastas Sotheby’s
vendió un set de Kate Moss en la nada despreciable cantidad de 54 mil 400
libras esterlinas. Esta modalidad
de vender sus obras le ha merecido el desprecio de muchos de sus colegas
grafiteros por instalarse en el sistema, cuando la esencia no debe ir por ese
camino, lo que parece no importarle en lo absoluto a Banksy.
Sin esta
preocupación y con el renombre que tiene, en el 2010 decidió retomar un
proyecto audiovisual de Thierry Guetta, aficionado a las grabaciones, que habla
del arte callejero y que estuvo inspirado en su figura. El filme Exit Through
the Gift Shop fue un desastre de principio a fin, razón suficiente para que
Banksy decidiera editar el material. La película tuvo su estreno en el Festival de
Sundance y fue nominada al Oscar por Mejor Documental.
Su
participación en la pantalla no se limita al documental, también participó en
un capítulo de Los Simpson que levantó revuelo y fue duramente criticado por
sus grafitis animados que tenían un sentido del humor muy negro contra las
fábricas asiáticas y su uso de animales, siendo que el programa está hecho en
gran parte en Corea del Sur.
Su anonimato
es parte del efecto Banksy. La falta de datos biográficos lo hace un personaje
del cual todos quieren saber y buscan poseer alguno de sus trabajos. La ironía
de la vida fue cuando hace algunas semanas le dio a un vendedor de la calle
varias de sus obras para que las vendiera en 60 dólares, todos las veían y
nadie quiso comprar nada. Así se mueve ante las masas.
Así como en
su documental retomó el trabajo de otro, el artista de GIF serbio ABVH hace una
recopilación de las obras de Banksy para darles movimiento por medio de
técnicas digitales para crear la serie Banksy Animated.
Con su
experiencia en el lenguaje de la programación, ABVH selecciona diversos
esténcils y realiza un montaje electrónico al que agrega una pequeña porción
de humor para darle un giro inesperado a la obra. Lo
estático adquiere movimiento para ver un cuadro que tiene historias enlazadas
por hechos discordantes.
El talento de
ABVH es indiscutible. Consigue que las líneas de cada figura de Banksy se
adapten al movimiento que les otorga. La selección es adecuada y la reversión
da la oportunidad de sonreír, ironizar o indignarse con un significado nuevo.
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