Fantasías hechas realidad
Es un hecho que cuando se tiene un hijo, los padres son capaces de hacer
hasta lo imposible a cambio de su plena felicidad. No importa lo difícil que
pueda ser la tarea, siempre se va a encontrar una forma de otorgarle lo que
necesita.
Por lo regular, la imaginación infantil no tiene límites, es ahí cuando
la exigencia para los padres es mayor. La mente del niño viaja a velocidades
supersónicas, así que sus peticiones pueden salirse de control del conocimiento
de los papás.
El fotógrafo Adrian Sommeling vive una situación parecida con su hijo,
pues está deseoso de conocer lugares lejanos, de montarse en aventuras, de
explorar un universo que rompa con las reglas de lo establecido, en estar en
algo que no existe.
Todas estas solicitudes las resuelve de la manera más sencilla:
ocupando su habilidad fotográfica en la composición y manipulación digital.
Sommeling crea universos paralelos donde el protagonista es su pequeño
hijo y en cada imagen se cumple una fantasía: una de las ruedas de su bicicleta es
el London Eye, vuela en una alfombra, es un gigante a la par de los rascacielos
o juega tenis con el sol.
Para que vean más del trabajo de Adrian, den click en su nombre.
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