Tradúceme
Cuando
ven el tráiler de una película,
el promocional de una serie de ficción extranjera o los
pósters y conocen el título original
y después leen el nombre que les pusieron en
español, ¿alguna vez se han preguntado quién
habrá sido el creativo al que se le
ocurrió traducirlo de ese modo? Yo sí, varias veces.
No
seremos expertos en la materia, no seremos publicistas o mercadólogos y muchos
de los que asistimos a las salas de cine a disfrutar de una película o somos
fieles seguidores de una serie de televisión, desconocemos la estrategia, cómo
funciona, en qué se basan para determinar
la traducción de un título al idioma del país donde se proyectará el
material audiovisual, porque también hay que decirlo, no es la misma traducción
para Hispanoamérica que para España, aunque se hable el español.
Por
una parte, algunos títulos logran
enganchar al espectador y esa es una de las razones por las cuales se
interesa por ver cierto contenido, es ahí donde la traducción del título logró su cometido: atraer al público.
Pero esta la otra parte, cuando el título
original es lo bastante atractivo y cuando
lo traducen pierde el sentido de lo que trata la película o serie.
La
traslación de los títulos parece que ya
es una tradición. Las causas de esta tendencia, que no tiene visos de
desaparecer, son de muy distinta índole, aunque algunas de las que prevalecen son
las de intentar vender la película u
orientar a los espectadores sobre la temática cuando el título de ésta es intraducible o poco atractivo.
Las
traducciones de los titulares a menudo parecen ser un invento, una fantasía. Los que se encargan de esta labor no son
traductores oficiales, esto es de la competencia de los distribuidores locales, sin que ello
implique conocimientos lingüísticos.
Normalmente, los
títulos nunca suelen ser traducciones literales, muchas veces las traducciones de inglés al español se
escuchan un tanto ridículas, y en vez de poner eso buscan un nombre más
comercial, ya que en muchas ocasiones resulta complicado adaptar a nuestro
idioma los juegos de palabras o frases hechas en otro idioma que en español
carecen de sentido.
Entre
algunos ejemplos encontramos: Home
Alone que fue traducida como Mi Pobre Angelito, The Hangover – ¿Qué Pasó Ayer?, The Green Mile – Milagros
Inesperados, Crash – Extraños
Placeres, Garden State – Tiempo
de Volver, o 9 Songs como 9
Orgasmos, claro suena más atractivo un orgasmo que una canción.
Jugando un poco con este asunto de las traducciones el ilustrador James Chapman, de quien ya
hemos tenido el honor de presentarles su trabajo en otras Indie Emergentes, ha realizado una colección de divertidas viñetas con las traducciones
de los nombres de distintas series de televisión
en diferentes países.
Chapman
no sólo hace la traducción de los
títulos, también los representa en
las ilustraciones con toque de sarcasmo. Vean cómo ha representado a los
eternos amigos que se la viven en un café en Nueva York llamando a la serie Amigos de por Vida o como a Breaking
Bad le ha cambiado el título por En
los Zapatos de Satanás.
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