Nubes en la habitación
¿Recuerdan
aquel personaje -de la nueva generación de Los Picapiedras, en la que Pebbles y
Bam Bam son adolescentes-, que traía sobre su cabeza una nube negra con diluvio incluido? Si
no les suena, su nombre es Schleprock, mejor conocido como Mala Suerte. Este es un ejemplo de lo
que para algunos, o muchos, significa esta
masa algodonosa suspendida en la atmósfera.
Se
podría interpretar a las nubes como sinónimo de mala suerte, tal vez porque muchos piensan que son la víspera de
una tormenta, lo que representa tiempos malos y que sólo las cosas
irán mejor cuando haya un cielo despejado.
El
artista holandés Berndnaut Smilde al
parecer piensa todo lo contrario, en lugar de evadirlas o creer que son de mal agüero
las baja del cielo y las encierra en
cuartos vacíos.
Smilde
combina el arte y la ciencia para crear pequeñas y
fantásticas nubes artificiales en habitaciones
vacías, y lo hace mediante una reacción
química descubierta tras meses de investigación y controlando atentamente factores como la temperatura y la humedad.
Las
nubes de Smilde están compuestas por
partículas de agua mezcladas con pequeños cristales de hielo que surgen
de la nada, en un proceso de desmaterialización
de los elementos físicos y visuales. Nacen de una manera muy similar a las naturales, pues éstas se
forman por el enfriamiento del aire,
provocando la condensación del vapor de
agua, invisible, en gotitas de hielo
visibles.
Para
recrearlas primero trabaja en una maqueta para dimensionar, visualizar
y controlar el área en la que hará
realidad la idea. Una vez que ha elegido
el espacio en el que realizará su instalación,
utiliza una máquina de humo, efectos de luz y cuidadosamente ajusta la temperatura y la humedad
para producir las nubes el tiempo suficiente para ser captadas por la lente de
una cámara fotográfica y de video.
Dado el concepto efímero de la obra, sólo una imagen puede ser la evidencia de este trabajo para los que
no pudieron disfrutar de esos 10 segundos que dura la exposición.
A esta
serie meteorológica o escultura científica, Smilde la ha
llamado Nimbus. Su primera exhibición
la mostró en cuartos con paredes pintadas de azul brillante dando la impresión de que el cielo enclaustraba a las nubes, haciendo
sentir a los espectadores pasear entre ellas, pero el piso rojo contrastaba esta idea ubicando a los visitantes en que
simplemente se encontraban en un espacio cerrado.
Berndnaut Smilde, se siente fascinado por lo que llama “la
presencia física de espacios en transición”.
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